La fractura del sindicalismo 'abertzale' en la Ertzaintza se dirime en Álava
La crisis de ELA, que fue la primera central policial, agudiza su desgaste
Las últimas elecciones para elegir representantes laborales en la Ertzaintza, celebradas el pasado 28 de octubre, han terminado de revolver las aguas del sindicalismo abertzale. Tras el descenso de votos sufrido, aunque menor del esperado, ELA, que perdió cinco delegados, se ha visto envuelta en una crisis interna de la que intenta beneficiarse la central Esan, escisión de la anterior, para afianzarse como referencia del sector nacionalista de la policía vasca. Álava se ha convertido en el escenario en el que se puede resolver la actual distribución de fuerzas. La expulsión de un dirigente alavés de ELA puede terminar suponiendo el trasvase de numerosos militantes a su escisión.
La expulsión de un dirigente abre la puerta a una fuga de militantes a Esan
El Superior rechaza un recurso de ELA contra el decreto de condiciones laborales
Varios motivos laten como posibles causas de la expulsión de uno de los responsables de ELA-Ertzaintza en Álava, que sumaba ya dos décadas en el cargo. En primer lugar, los propios resultados electorales, que supusieron un duro varapalo. Aunque se mantiene como segunda fuerza sindical en la Ertzaintza, la central nacionalista obtuvo en Álava apenas dos de sus 14 delegados, menos que Erne y Euspel, y tantos como CC OO y Sipe. Solo superó en número a Esan, si bien la situación podría invertirse ahora en caso de agudizarse la crisis interna.
Otro punto de fricción se produjo el pasado 10 de noviembre, durante la celebración del Día de la Memoria organizado por el Gobierno para recordar a las víctimas del terrorismo. El dirigente expulsado asistió, junto a otro militante, al homenaje que se rindió en la Academia de Arkaute a los ertzainas asesinados por ETA, pese a la petición expresa en sentido contrario que le había trasladado la dirección de la central.
Esta expulsión no se ha registrado de forma aislada, sino que ha coincidido con la de otros miembros de ELA-Ertzaintza, algunos de ellos con estrecha ligazón con el PNV. En sintonía con el acercamiento del sindicato a los postulados del polo soberanista, estas decisiones podrían encajar con la pretensión de relegar a militantes de perfil más moderado.
La citada expulsión no será efectiva hasta el próximo 17 de enero, plazo que tiene ELA para ofrecer los oportunos argumentos a unos 15 afiliados que trabajaban bajo supervisión del afectado. A juicio de estos últimos, la suspensión se ha comunicado "de malas maneras" y sin dar explicaciones. El malestar resultante les ha llevado a entablar contactos con Esan, tradicional destino de los militantes de ELA-Ertzaintza desencantados.
La crisis interna en Álava deja en jaque al todavía principal sindicato policial nacionalista, que no ha dejado de perder peso en los últimos años. Fue la primera fuerza de la Ertzaintza durante años, condición que perdió definitivamente en 2006 en favor de Erne. Las últimas elecciones han agudizado su distancia respecto a la central mayoritaria y han evidenciado el acercamiento de Esan como tercera central, aunque aun solo sume la mitad de delegados. Su progresión, sin embargo, ha sido destacada, si se tiene en cuenta que se fundó en 2006.
El marco general tampoco resulta el más fácil para ELA, reticente a la unidad sindical que han fomentado las otras cinco centrales del cuerpo para ganar peso en la negociación con Interior.
La central nacionalista conoció además ayer un revés judicial. El Tribunal Superior ha desestimado un recurso que ELA presentó contra el decreto publicado por Interior en enero pasado que regula las condiciones de trabajo de los ertzainas. ELA pretendía que los agentes que se prejubilaran a los 60 años cobrasen, junto al 100% de la pensión, otras compensaciones económicas.
El sindicato nacionalista alegó que el decreto modificaba unilateralmente las condiciones del anterior acuerdo regulador sin que Interior hubiese desarrollado la preceptiva negociación. El tribunal argumenta, en cambio, que "la Administración ha cumplido su obligación de negociar de buena fe", según informó la consejería.
Una escisión joven
Hace menos de cinco años, un centenar de liberados, delegados y militantes abandonaron la sección de ELA de la Ertzaintza y fundaron una nueva central: Esan. Con su marcha pretendían reflejar el malestar que sentían por la forma de actuar del primer sindicato vasco en todo lo referente a la policía autónoma. "Las decisiones se tomaban siempre desde la confederación, con lo que se anulaba la capacidad de las agrupaciones comarcales", asegura un dirigente de Esan.
Ningún agente del cuerpo ha llegado a ocupar el puesto de máximo responsable de ELA-Ertzaintza, situación que se mantiene en la actualidad, lo que ha desvirtuado la crítica sindical.
Pese a que contaba entonces con apenas unos meses de historia, las elecciones internas de 2006 perfilaron ya a Esan como opción alternativa en el espectro nacionalista de la policía vasca. Los comicios de octubre pasado han refrendado esa condición y parecen ahondar la crisis de ELA en Álava. En los últimos años, la escisión del sindicato abertzale se ha caracterizado por un discurso más beligerante con la consejería de Interior, en especial, tras la llegada de los socialistas a Ajuria Enea.
Territorio disputado
- Ámbito. Álava es la provincia más peculiar en lo que al reparto de delegados sindicales de la Ertzaintza se refiere. Erne es la fuerza mayoritaria, al igual que en
el conjunto del cuerpo, pero la segunda es Euspel, una central vinculada en su origen a los berrozis y que no tiene representación en los otros dos territorios vascos. Por el tercer puesto compiten igualadas ELA, Sipe y CC OO, mientras que el escaso peso del nacionalismo lo confirma el papel minoritario de Esan.
- Resultados. Erne se impuso en las elecciones sindicales del 28 de octubre en las tres circunscripciones electorales en que se divide Vitoria y las comisarías de Llodio y Laguardia. Sumó 430 votos, un tercio del total. Euspel se quedó en 289, un 22%, la gran mayoría entre los berrozis. ELA vio reducida su representación al 16%, con un total de 202 apoyos. Superó, sin embargo, a Sipe (137 sufragios y un 11%) y CCOO (129 y 10%). Esan solo obtuvo el respaldo de 77 agentes, un 6% de la plantilla alavesa. Este reparto podría verse alterado si se confirma la crisis interna de ELA en el territorio.
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