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Un grupo de narcos se ofrece para capturar a los asesinos de Marisela

Salvador Camarena

¿Narcotraficantes que degüellan a sus rivales tienen sentimientos solidarios? ¿Capos que envenenan hordas de adolescentes se conmueven con un crimen perpetrado a una abuela? ¿Criminales que matan policías, comisarios, gobernantes, periodistas; que producen por docenas huérfanos y viudas, conocen algún sentido de justicia? ¿Hay narcos buenos y narcos malos? La indignación por el asesinato de la abuela Marisela Escobedo ha conmovido a mexicanos de todos los rincones del país y, se supone, al poderoso cartel de Sinaloa.

A sus 52 años, Marisela solo quería justicia. Su hija Rubí Marisol Frayre Escobedo, de 16 años, murió a manos de Sergio Barraza Bocanegra el 28 de agosto de 2008. La madre venció la indolencia de los policías y logró el milagro de que detuvieran al agresor. Chihuahua (el asesinato ocurrió en Ciudad Juárez) cuenta con un sistema penal basado en juicios orales. La fiscalía aportó pruebas débiles, los jueces se escudaron en ellas y dejaron en libertad al homicida el 3 de mayo pasado. Desde ese día se escuchó el grito de doña Marisela clamando justicia hasta que su voz fue segada la noche del pasado día 16, cuando su protesta frente al palacio de Gobierno se silenció con tres balazos: murió a menos de dos metros del edificio del gobernador César Duarte, del PRI.

Represalias

El gobernador destituyó a los jueces (de un poder supuestamente autónomo) sin entonar el mea culpa sobre sus fiscales, que sí dependen de él. El asesino sigue prófugo. La carpintería de la ex pareja de doña Marisela, en Ciudad Juárez, fue incendiada y su ex cuñado fue secuestrado.

Y en medio de todo eso, mediante comunicados aparecidos en distintos puntos de Ciudad Juárez y Chihuahua capital, supuestos narcotraficantes manifestaron su dolor: "El cartel de Sinaloa se solidariza con la familia de la señora Marisela Escobedo, mamá de Rubí, con el pueblo de Chihuahua y toda la ciudadanía y pone a disposición la página Quita Puercos (en Youtube), para cualquier información que puedan proporcionar para dar con los responsables de esta barbarie, llámense Los Zetas o gente de La Línea, y acabar con estas bestias, lacras que el Gobierno protegió y sigue protegiendo", dice uno de los mensajes.

Varios líderes sociales chihuahuenses han dicho "no, gracias", a la "humanitaria" oferta de los narcotraficantes.

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