Visiones renovadas sobre maestros del pasado
Tras un ilustre periplo por Londres y Washington recaló, algo mermada, en nuestro país, donde fue exhibida en el Colegio Nacional San Gregorio, de Valladolid, Lo sagrado hecho real. Pintura y escultura españolas 1600-1700, una renovadora e intensa muestra sobre el barroco español, que no solo puso en su justo valor la original imaginería de nuestro país, sino que lo hizo a través de un refinadísimo montaje. Dentro del arte histórico, también destacó Ghirlandaio y el Renacimiento en Florencia, exhibida en el Museo Thyssen-Bornemisza, de Madrid, una deslumbrante revisión de uno de los grandes maestros del último cuarto del siglo XV, cuyo fulgor resulta tanto más intenso en España en cuyas colecciones públicas escasean los grandes pintores italianos de este crucial periodo. En este mismo capítulo, Rubens, que reúne al completo el apabullante conjunto de obras del genial maestro flamenco atesoradas en el Museo del Prado, pero que, además, lo hace mediante un montaje corrido de efecto cinemático, cuyo efecto nos hace redescubrir como nuevo lo que ya, por supuestamente consabido, apenas si reclamaba nuestra atención. De entre las varias muestras que se han sucedido sobre el arte del siglo XIX, sin duda merece una mención especial Impresionismo. Un nuevo Renacimiento, exhibida en la Fundación Cultural Mapfre, con ese impresionante batallón de casi un centenar de cuadros del Museo de Orsay, entre los que había al menos media docena de obras maestras. Dentro del siglo XX merece una mención especial la completísima, bien montada y mejor presentada monográfica dedicada al artista británico Wyndham Lewis (1882-1957), que puede visitarse en la Fundación Juan March.
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