La habitación / L'habitació
Probablemente fueron muchos los escritores que creyeron encontrar momentánea inspiración al revelarse los casos de Natascha Kampusch y Elisabeth Fritzil, las dos austriacas, secuestradas en su adolescencia y mantenidas en cautividad durante años, que se hicieron mundialmente conocidas al conseguir escapar. El asunto de un encierro tan largo en las condiciones y por los motivos por los que ambos se produjeron abunda, desde luego, en componentes susceptibles de atraer la imaginación, desde los morbosos evidentes a otros de índole filosófica. De los escritores que previsiblemente se dejaron seducir por el tema, la mayoría terminaría desechándolo por razones variadas, la principal de ellas, cabe pensar, el sospechar que serían muchos los colegas que habrían cedido a la misma tentación. Uno de los que perseveró es la irlandesa afincada en Canadá Emma Donoghue (Dublín, 1969). El resultado de su esfuerzo, La habitación, ha sido traducido a más de veinte lenguas y fue finalista del último Premio Booker. Lo primero que debemos destacar de la novela de Donoghue es que es un producto pulcro, que no hace presa en los aspectos más mórbidos que ambas historias encierran. Su intención, al contrario, es reflexionar acerca de la realidad. Como sus modelos, la heroína de Donoghue está recluida en un escondrijo insalubre y mantiene con su secuestrador, su único vínculo con la vida extramuros, una compleja relación de odio y dependencia. Cautiva, se convierte en madre y educa a su hijo hasta que, contando éste con cinco años, fabula un exitoso modo de fuga. La habitación es la historia del doble aprendizaje de ese niño: del anterior a la huida, cuando, para preservarlo, su madre lo indujo a tomar como normal lo que no lo era, y del posterior, cuando tuvo que desaprender lo aprendido y enfrentarse al mundo. Donoghue acierta al convertir al niño en el narrador de la historia, de ello extrae la mayor riqueza del texto: las paradojas resultantes de aplicar su mirada limpia sobre asuntos que, por demasiado interiorizados, solemos mantener al margen de toda reflexión. Su defecto es que en ocasiones se conforma con lo risueño o sentimental, desaprovechando vetas más hondas.
La habitación / L'habitació
Emma Donoghue
Traducción de Eugenia Vázquez Nacarino / Albert Torrescana
Alfaguara / Empuries
Madrid / Barcelona, 2010
379 / 255 páginas. 21 / 19,95 euros
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