La huelga del comercio vizcaíno se aplaza hasta las rebajas

Víspera de Nochebuena y los comerciantes de Vizcaya amanecían en huelga. Los paros duraron muy poco, ya que a media mañana tres de los sindicatos convocantes (ELA, CC OO y LAB) decidieron suspender la iniciativa. El cambio de actitud lo motivó un fax remitido por la patronal provincial del sector, Cecobi, que proponía la reunión de la mesa negociadora para la tarde. Las centrales reconocieron el paso de los empresarios y anunciaron que suspendían los paros convocados para ayer y hoy y una manifestación para el próximo martes. En cambio, se mantienen los paros previstos para el 7 de enero, primer día de rebajas.

El único sindicato que no rectificó su postura fue UGT, que decidió esperar a escuchar qué les iba a ofrecer la patronal y criticó la decisión de las otras centrales. Tras la cita, las formaciones nacionalistas y CCOO consideraron "insuficiente" la propuesta de la patronal y se ratificaron en mantener la convocatioria del mes próximo.

Cecobi propuso para los trabajadores de los establecimientos de alimentación una subida del 0,8% (el IPC de 2009) para este año y el IPC de 2010 para el entrante, según UGT. Los empleados del comercio general, metal, textil, mueble, piel y calzado, que negocian un convenio para tres años -2009 a 2011-, tendrían un incremento salarial del 1,4% el primer año, 0,8% el segundo y el IPC de 2010 el tercero, según la oferta empresarial.

ELA, LAB y CC OO reconocieron que la oferta de la patronal mejora las que había realizado hasta ahora, pero no colma sus expectativas, por lo que presentaron su propia oferta. Ambas partes decidieron darse un tiempo para estudiar los textos que se han remitido mutuamente y acordaron volver a reunirse el próximo martes.

El convenio del comercio de Vizcaya afecta a más de 15.000 trabajadores, sin incluir los empleados de las grandes superficies, que cuentan con sus propios acuerdos colectivos.

La responsable de comercio de ELA, Marije Fernández, criticó el despliegue que había realizado la Ertzaintza para evitar altercados. La dirigente sindical lo consideró "desproporcionado y abusivo" con el objetivo de "impedir el legítimo derecho a la huelga". Fernández sostuvo que la consejería de Interior puso a los agentes "al servicio de los intereses del capital".