_
_
_
_
_

La burbuja del 'efecto comunicado'

Los partidos vascos reaccionan ante el nuevo clima de expectación que Batasuna alimenta sobre el posicionamiento de ETA y que le urge para avalar su proyecto

Así como en la Bolsa los operadores pueden impulsar, con la chispa adecuada, una operación especulativa que propulse por los aires la cotización bursátil de una compañía, lo mismo puede ocurrir en el apartado mediático y político si se manejan bien los hilos.

Gracias a filtraciones sobre la voluntad de ETA, acompañadas de interpretaciones benévolas condicionadas por el deseo de que la violencia termine, Batasuna ha logrado que pasen a un segundo plano algunos de los pocos datos objetivos que existen sobre el pulso que aparentemente mantiene con la banda: desde que, a finales de marzo, los mediadores internacionales pidieran a ETA un alto el fuego permanente y verificable en nombre la izquierda abertzale con la Declaración de Bruselas, los terroristas han hecho cinco declaraciones públicas sin anunciar el comienzo del fin de la violencia que sus bases le exigen.

Rodríguez: "A veces somos especialistas en poner la pelota en nuestro tejado"
La expectativa era tal que Al Jazeera desplazó un equipo a Bilbao el sábado
Arana: "Deseamos tanto el final de ETA que a todo se le da importancia"
Barreda: "Su desmarque de la violencia suena a imperativo legal"
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

"Es una inercia histórica, siempre se da importancia a lo que ese mundo dice, no dice o deja de hacer. Por un morbo malsano, estamos pendientes de todo y los medios repasan con lupa todo lo ocurrido buscando algún signo. Pero hechos objetivamente, hay pocos. Esto parece un culebrón por entregas en el que las cosas siguen igual después de 200 episodios", razona un parlamentario vasco.

El jueves, La Razón anuncia en su portada que el comunicado sería divulgado por un diario americano el sábado, mientras que Rufi Etxeberria adelantó el jueves en la radio pública vasca que ETA daría una "respuesta positiva" a la Declaración de Gernika, que en septiembre pasado solicitaba un cese unilateral, permanente y verificable. La burbuja informativa a su vez agitó las aguas el viernes en el Parlamento vasco, con todos los partidos poniendo las antenas a punto y haciendo revisión de tropas para estar listos: había que tener gente disponible para hacer declaraciones a los medios y consensuar un mensaje acorde al contenido de lo que diga ETA. Las expectativas eran tales que Al Jazeera Internacional desplazó a un equipo a Bilbao para cubrir el comité nacional del PSE, dando por sentado que el ansiado comunicado llegaría. No fue así.

En paralelo, los medios de comunicación alimentaron el efecto bola de nieve de las más diversas formas: los periodistas preguntaron una y otra vez sobre la cuestión en las ruedas de prensa y las agencias de noticias, que mantienen una profunda influencia sobre los enfoques que a continuación elegirán periódicos, radios y televisiones, tendieron a elevar la cuestión a los titulares. Este efecto comunicado, en general, suele afectar sobre todo a quienes viven inmersos en el día a día de la actualidad, sin que trascienda a la ciudadanía, que en gran medida muestra un lógico desafecto hacia noticias que parecen repetirse.

"La única novedad sería que anunciaran la entrega de las armas. A veces somos especialistas en poner la pelota sobre nuestro propio tejado cuando está en el suyo, sobre todo ahora que no hay ninguna negociación", explica el secretario general del PSE en el Parlamento Óscar Rodríguez, que recalca cómo los propios medios contribuyen a engordar lo ocurrido: "Los periodistas no paran de llamar todo el tiempo para saber cómo vivimos la llegada del comunicado y qué pensamos. Y la verdad es que, internamente, lo vivimos con indiferencia. En 2006, [durante el proceso de final dialogado al que ETA puso fin con el atentado de la T-4 en Barajas] no había conversación con cargos públicos, empresarios o sindicatos que no empezara con la cuestión. Ahora, apenas hablamos de ello", añade.

Mikel Arana, coordinador general de EB, considera que se debe a "las ganas que tenemos todos de que llegue el comunicado final. Deseamos tanto poder vivir en un escenario sin ETA que a cualquier cosa le damos importancia. Y claro después llega la decepción".

En paralelo, los dirigentes de la izquierda abertzale han ido aumentando la dosis en sus declaraciones públicas, desmarcándose progresivamente de la estrategia que amparó durante décadas el asesinato político, mientras sus bases volvían a salir este fin de semana a las calles para exigir la legalización de su futuro partido. Pero las principales formaciones políticas exigen pasos y mensajes más rotundos que acrediten, sin recurrir a fórmulas indirectas, que han desterrado la violencia de su estrategia.

¿Por qué Batasuna no termina de alinear del todo su discurso con el de otras fuerzas del mismo espectro como Aralar, que exige de forma tajante el final de ETA mientras mantienen críticas a la actuación de las fuerzas de seguridad del estado y la Ley de partidos? El coordinador general de EB avanza una teoría: "La izquierda abertzale quiere que todo el movimiento vasco de liberación nacional se pase a la política, para que nadie lo viva como una traición a ETA y la causa. Con el tiempo, probablemente no tendrán problemas en hacerlo".

El portavoz de parlamentario del PP, Leopoldo Barreda, considera que "sus desmarques que suenan a imperativo legal no son creíbles. Quieren volver a la legalidad y presentarse en las municipales sin que ETA desaparezca y sin condenar la violencia. Todo es una estrategia". El tiempo dirá si Batasuna logró invertir la ecuación y consiguió que su brazo armado acatara sus exigencias o si la izquierda abertzale romperá amarras con ETA tras décadas como compañeros de viaje.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_