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Reportaje:

Pereiro hace la bicicleta

El ciclista de Mos debuta como futbolista con el filial del Coruxo

La cabeza le bulle a Óscar Pereiro Sío, que va de plan en plan cuando le quedan apenas dos semanas como profesional del ciclismo. Inquieto y competitivo, el único gallego ganador del Tour de Francia se ha convertido en refuerzo estelar del Coruxo, equipo que esta temporada se estrena en Segunda B.

No parece factible que Pereiro, de 33 años, vaya a tener un activo papel como futbolista a ese nivel, pero sí que lo empieza a tener en el filial y, sobre todo en la caseta. "Para nosotros es más un deportista que un jugador de fútbol", previene Gustavo Falque, presidente del club vigués, acostumbrado a los focos de los fichajes mediáticos: el Coruxo fue en su día el final de la carrera de Giovanella y hace tres años flirteó en pretemporada con Karpin, que llegó a vestir de verde en algún amistoso.

Le quedan dos semanas como profesional del pelotón
En mayo correrá la Titan Desert, una prueba de ciclismo de montaña
Busca su posición en el terreno de juego, le gusta la banda derecha

Pereiro es otra cosa. Es un ciclista a punto de cerrar su etapa en ruta pero que, una vez recuperado de su operación en la mano derecha, anuncia su presencia la segunda semana de mayo en la Titan Desert, una prueba de ciclismo de montaña en condiciones extremas con un recorrido que atraviesa Marruecos para conectar el Sahara con Granada.

Nadie dijo que el fútbol fuera la mejor preparación para afrontar una competición de esas características, pero tampoco parecía escrito que Pereiro fuera a ganar un Tour. "Nunca lo ha tenido fácil", describe Falque, rendido admirador de los valores que transmite su jugador. "Afán de superación, sacrificio, trabajo, estímulo, mentalidad positiva... Es un ejemplo para los futbolistas de nuestro club que sienten que muchas veces las cosas no salen, pero que pueden ver a través de Óscar que el trabajo ofrece recompensa", explica.

Existe esa relación, pero en realidad fútbol y ciclismo son dos realidades diferentes para Pereiro, que superadas responsabilidades contractuales, quiere disfrutar de su pasión por la pelota. "Quien me conozca sabe lo que siento por el fútbol, prefiero ver un partido que una carrera y siempre dije que iba a jugar en un equipo cuando me retirara, pero lo del Coruxo y entrenar con un equipo de Segunda B supera mis expectativas".

Tampoco era tan complicado que Pereiro acabara en O Vao. En cuanto las dos ruedas le dieron una solvencia económica levantó una casa cerca del feudo del Coruxo. Por allí se dejaba ver para colaborar en todo tipo de eventos. De su fluida relación con Falque surgió una oferta. Ahora trabaja dos días por semana con el equipo de Segunda B y tres con el filial, de Segunda Regional, con compañeros a los que saca como poco diez años de edad. Y sueña, como los meritorios con los que comparte sudores, con disfrutar de una oportunidad con los mejores. "No me voy a engañar", matiza. "Tengo 33 años y nunca he jugado más que con los amigos, pero tengo una ilusión de la leche y sueño con tener minutos en el primer equipo". Y no por ser Pereiro y porque su presencia se convierta en una atracción. "No quiero llegar a cualquier precio y luego hacer el ridículo".

Quien acuda a ver a Pereiro se encontrará un futbolista que transmite sensaciones que dejaba sobre la bicicleta. Batallador, solidario, guerrillero. "Sé currar y echarle huevos", espeta. "Poco a poco iremos viendo a que posición me adapto, parece que puedo hacerlo mejor por la banda derecha. Quería probar de pivote, pero me sobrepasa un poco esa responsabilidad".

Es tiempo para conocer cualidades y explorar límites, para adaptar el cuerpo a una exigencia diferente a la acostumbrada; para potenciar cuádriceps, rodillas y, en definitiva, grupos musculares a los que la bicicleta no requerían tanto. "Intento no molestar y aprender, sobre todo cuando trabajo con el primer equipo, donde hay jugadores como Yago Yao que incluso han jugado en Primera División".

Siente que le falta potencia y explosividad, también toque de balón, pero que le sobra fuerza y fondo. Jovial y expansivo, a Pereiro la gente le ve y le habla de ciclismo, le pregunta por su Tour, por Contador y el dopaje, pero él ahora lo que quiere es hablar de fútbol. Nunca será Cristiano Ronaldo, pero sabe más de bicicletas.

El ciclista Óscar Pereiro, en su debut con el Coruxo B.
El ciclista Óscar Pereiro, en su debut con el Coruxo B.LALO R. VILLAR
Después de las últimas indicaciones en el vestuario Oscar, con el 15 a la espalda, cambia oficialmente las mallas de ciclista por las medias de futbolista. Es su estreno como futbolista, su otra pasión después de la bicicleta. Tras abandonar esta primavera la competición sobre las dos ruedas, el que fuera campeón del Tour de Francia en 2006 prueba suerte ahora con el fútbol y lo hace desde abajo. Esta semana ha empezado a entrenar con el Coruxo FC. Un equipo de Vigo que milita en 2º división B.Tras toda la semana de entrenamiento, este domingo se ha estrenado oficialmente en su primer partido, esta vez con el filial, el Coruxo B, que milita en 2º autonómica, y se enfrentaba al Louro.Tras posar para la  foto oficial, el partido para el exciclista empieza en el banquillo. Y en el esperado momento del estreno, los nervios en el estomago, como pocas veces, según cuenta.Con el marcador en contra (su equipo perdió 0-1) y la grada abarrotada, como pocas veces, el media punta Pereiro ha jugado sus primeros minutos en el filial del Coruxo.Dice que le ha servido de calentamiento, de toma de contacto con sus compañeros, aunque hubiese preferido que el equipo ganara en este estreno. Después de sus éxitos en la bici, la élite del fútbol esta más cerca.Vídeo: AGENCIA ATLAS

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