"En 15 años el sistema no tendrá profesores que no sepan euskera"
Defiende que, a pesar de que se haya negociado el convenio de profesores no universitarios en plena crisis, los cambios han sido "mínimos". Pablo García de Vicuña (Sestao, 1959) recibe a EL PAÍS en plena jornada de composición de las mesas para las elecciones sindicales.
Pregunta. Hay muchas iniciativas que poner en marcha en los colegios. ¿Se pide demasiado a los profesores?
Respuesta. No. Aunque somos conscientes de que es posible que se hayan condensado de forma importante muchos procesos de cambio, apoyamos estas innovaciones porque mejoran el sistema educativo. El profesorado necesita tiempo para ir asimilándolos. Venimos de un Gobierno de carácter monocolor, con un planteamiento identitario muy definido en todas las facetas. Cuando se quieren introducir cambios tras una etapa así, todos los cambios suenan a precipitación.
"El 28% de los centros se mueven con personal interino"
"Tras la etapa anterior, todos los cambios suenan a precipitación"
P. ¿Consideran que ha habido retrasos en legislaturas anteriores?
R. En el plano de la empatía hacia las víctimas, sí. Hemos estado mucho tiempo dejándonos manipular por aquellos que dicen que esto es política, pero en realidad es una defensa de los derechos humanos.
P. Se critica que se ha dejado solos a los centros porque las sustituciones se hacen más tarde debido al acuerdo laboral alcanzado entre CC OO, UGT y Educación. ¿Han recibido quejas?
R. Sí, negarlo sería negar la realidad. Lo que la gente ha ignorado es que los cambios han sido mínimos en un convenio firmado en un contexto económico difícil. Lo que ha cambiado es la aplicación. En el convenio anterior la baja se cubría sin tener en cuenta lo escrito, había recursos. Ahora, no; se atienen a lo escrito. Pero no hay más carga de trabajo, ni un cambio en la ratio profesor-alumno.
P. En septiembre denunciaron la interpretación restrictiva del acuerdo. ¿Se sigue haciendo?
R. Sí. Las bajas se cubren en los plazos, pero la Administración lo hace a partir de la comunicación por escrito de la baja, cuando antes valía con una llamada telefónica. Si un profesor enferma por la tarde, lo comunica al día siguiente y pierde un día.
P. ¿Se puede mantener la calidad de los centros con los niveles actuales de interinidad?
R. Este es uno de los temas que más preocupan a los sindicatos y la Administración. Los centros públicos se están moviendo con cerca de un 28% de interinos. Es decir, que uno de cada cuatro profesores no sabe dónde va a estar el año que viene.
P. ¿Se resiente así la calidad?
R. Hay una creencia falsa de que el interino es una persona no capacitada en su totalidad porque no conoce ni al alumno ni al centro y hay otra, igual de injusta, entre algunos interinos, de que cuando logras una plaza dejas de ser profesional. Aunque sí es cierto que para que el proyecto de centro sea un buen plan tiene que estar consensuado por el mayor número posible del profesorado. Con un número excesivo de población flotante, el plan puede verse resentido. Por eso queremos más OPE.
P. Acaban de firmar una que no ha gustado a algunos sindicatos...
R. Sí, una OPE de 1.515 plazas. De ellas 84 son de perfil lingüístico 1 [nivel básico de euskera]. El sistema educativo tiene predominantemente modelos B y D, pero sigue habiendo A. Nos parece injusto que profesores sin euskera sean desplazados por otros que sí saben de plazas en las que se da clase en castellano. STEE, LAB y ELA no entienden el sistema educativo en clave que no sea de bilingüismo total. Un miembro de LAB dijo que los profesores con PL1 son parásitos.
P. Educación ha hecho varios gestos para que estos profesores accedan a una plaza. ¿Son suficientes?
R. Nuestra no confianza se basa en que tememos que sean eso, sólo gestos. Entendemos que los primeros pasos hay que darlos para probar, como Irale, que se ha hecho por primera vez para los interinos. Había 30 plazas firmadas y han pedido reserva de plaza 120 personas. El departamento tiene que mantener abierta esa puerta.
P. ¿Dejará de ocurrir esto con las nuevas generaciones?
R. Sí, este es un problema coyuntural, los docentes nuevos, en el 99,9% de los casos, tienen un nivel de EGA. El problema habrá acabado dentro de 15 años, el sistema ya no tendrá profesores que no sepan euskera.
P. ¿Y con el marco trilingüe?
R. Se está haciendo formación, aunque no la insuficiente. Pero la escuela tiene que entrar, porque el trilingüismo no va a acabar en un cajón; la sociedad lo demanda.
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