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Reportaje:

Valle-Inclán bajo los focos

García Sánchez rueda un documental sobre el autor de 'Luces de Bohemia'

Xerardo Pardo de Vera es el único actor no profesional de Este que veis aquí, el docudrama que José Luis García Sanchez -guionista de Belle Époque, que le valió el Goya en 1993- prepara sobre Ramón María del Valle-Inclán, pero nadie lo diría viendo cómo escucha las reflexiones a cámara de Suso de Toro y Manuel Rivas, también participantes en la película, sobre la vida y la obra del de Vilanova de Arousa. Pardo de Vera, ataviado con traje de época con la manga izquierda vacía, gafas redondas, bastón y largas barbas blancas, asiente, incluso en las tomas que no lo incluyen, cuando De Toro explica que "fue rey y bufón, dueño de su vida y de su muerte". Es actor por unos días, pero antes Pardo de Vera, de ascendencia noble, fue uno de los primeros alcaldes de Becerreá (Lugo) tras el fin de la dictadura. Su asombroso parecido con el autor de Divinas palabras lo convirtió en el candidato ideal para interpretar a Valle-Inclán, del que se conoce obra y vida con detalle. "Están contando las cosas tal y como fueron", se justifica en un descanso de las grabaciones.

Pardo de Vera ya había interpretado papeles del escritor en la universidad
El equipo rodará hoy en Compostela y después en Cambados y Vilanova

Es el primer día que el equipo de García Sánchez -poco más de una decena de personas- rueda en Compostela. Ya lo ha hecho en el Ateneo de Madrid, ciudad en la que Valle pasó largos períodos de su vida y donde perdió el brazo izquierdo en una riña convertida en leyenda. En Santiago, desde una habitación del Hostal dos Reis Católicos con vistas al Obradoiro, el Valle Inclán de Becerreá se dejó entrevistar y analizar por Suso de Toro y Manuel Rivas, ataviados también de época. En el hotel se dejaron ver además Juan Diego, que encarna al extravagante Marqués de Bradomín, y Juan Luis Galiardo, encargado de interpretar al hidalgo Juan Manuel de Montenegro. Ambos personajes, dos de los más célebres a los que Valle dio vida- y como él excéntricos y poliédricos- acompañarán el rodaje por otros lugares destacados en la biografía del autor, como Pobra do Caramiñal, Torre Xunqueira, Vilanova de Arousa y Cambados. No está claro si habrá escenas en Pontevedra, la ciudad en la que se instaló el escritor después de pasar algo menos de un año en México, de donde se trajo palabras que usó sin reparo en su obra para disgusto de los académicos. "Fue de los pocos de su época que viajó fuera de Europa", apunta Silvio Martínez, el guionista de la película.

Pero ayer en Santiago tocaba reflexionar sobre algunos de los momentos clave en la vida de Valle. A Compostela vino a estudiar Derecho, sin mucha vocación, y a convertirse en un personaje conocido por sus extravagancias. El autor de Luces de Bohemia también vino a morir a Santiago. De su muerte hablaron largo y tendido De Toro y Rivas, que recordaron el multitudinario entierro, estropeado por la lluvia, con el que los compostelanos despidieron a Valle-Inclán el día de Reyes de 1936. Por culpa del temporal, casi bíblico, se llenaron los bares y los prostíbulos. "Él quería un entierro civil", recuerda De Toro, que rememora uno de los sucesos más trágicos derivados del sepelio del escritor, que Rivas define como un esperpento más de Valle. Eduardo Puente Carracedo, un sindicalista muy activo que había fundado periódicos en Argentina y Uruguay, arrancó la cruz de la tumba para cumplir con la última voluntad del escritor. Fue tachado de exaltado y hereje y, cuando estalló la Guerra Civil, encerrado en la cárcel Falcona de Santiago, torturado, paseado y expuesto públicamente en un carro por las calles de la ciudad.

La vuelta a los escenarios de Valle-Inclán en Compostela continúo ayer por la tarde en la Alameda, varias calles del centro histórico y la librería Vetusta, especializada en libros antiguos. Hoy, antes de trasladarse a las Rías Baixas, García Sánchez y su equipo grabarán en el Teatro Principal.

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Pardo de Vera no es el único apasionado por Valle de Este que veis aquí. García Sánchez, el director, ya ha llevado al cine varias obras del escritor, como Divinas Palabras en 1987 y Tirano Banderas en 1993. Pese al ajetreo, el actor principal no parece cansado. Cuenta que apenas recibió indicaciones y que hasta el guión le deja mucha libertad. El guionista y el director aseguran, sin embargo, que han descubierto en el Pardo de Vera-también abogado, escritor y periodista- un actor con gran capacidad para improvisar. Es tan cuidadoso con los detalles que, mientras el fotógrafo se dispone a retratarlo en una cama junto a De Toro y Rivas, se da cuenta de que no ha escondido el brazo que se le supone amputado: inmediatamente se saca la manga para ser manco como Valle-Inclán. "Lo que trato es de meterme dentro de la cabeza del personaje y decir lo que creo que el diría", explica. Durante su época de estudiante en Madrid, hizo sus pinitos en la interpretación con una obra del propio Valle. "Aunque la mayor parte de las veces nos echaba la policía del teatro", recuerda. Pese a las alabanzas, asegura que su trabajo no tiene "ningún mérito" y que el parecido es algo "que se le ha dado". Pariente ya lejano del autor de Vilanova, aventura que su semejanza tal vez tenga origen "en algunos genes perdidos".

Manuel Rivas y Suso de Toro, escritores, posan para rendir homenaje a Valle-Inclán, que en más de una ocasión recibió a quienes visitaban su casa sin levantarse de la cama.
Manuel Rivas y Suso de Toro, escritores, posan para rendir homenaje a Valle-Inclán, que en más de una ocasión recibió a quienes visitaban su casa sin levantarse de la cama.ANXO IGLESIAS

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