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Reportaje:

Imágenes para la ambigüedad

Las fotografías transformistas de Polly Borland inauguran un nuevo espacio

A Nick Cave no le gusta que le fotografíen. Hasta que llegó alguien tan inclasificable y salvaje como él, Polly Borland, y le convenció. Quizás por esa fértil atracción por el lado oscuro y erótico que ambos comparten, uno en música, otra detrás de la cámara. O porque los dos son australianos. O porque Nick Cave (Warracknabeal, Australia, 1957) está acostumbrado a trabajar con mujeres poderosas, Marianne Faithfull, Patti Smith... Cave cuenta en el catálogo cómo se gestó la sesión: "Polly sabía de mi conflictiva relación con la cámara... Pero en esta ocasión pedía algo diferente, alguien 'anguloso'. Así que me dejé caer por su casa de Brighton. Y jugamos a disfrazarnos. Polly me puso mallas, gorritos de baño y leotardos. Metió bolas de ping-pong en un tankini de licra, me plantó unas ubres de vaca en la cara, me pintó de rojo los pezones y me puso unos pantis rotos en la cabeza. '¿Qué tal estoy?', le pregunté. 'Estás guapísimo', contestó ella".

La exposición, con fotos de Nick Cave, abre la nueva galería Gloria
"Me atrae de sus fotos el amor y la ausencia de juicio", dice el músico

En Smugde -en el espacio Gloria hasta el 20 de febrero- Polly Borland (Melbourne, Australia, 1958) no hace sino continuar indagando en la transformación, en la ambigüedad, ideas recurrentes que ya expresó antes en The Babies (hombres de edad madura disfrazados de bebés) y en Bunny (retrato múltiple de una aspirante a actriz que mide casi dos metros): en cómo el individuo a partir de herramientas externas aquí evidentes (mallas, pompones, pelucas...) puede perder su identidad y representar diferentes personalidades. Ese anonimato forzado y el juego al despiste por parte de la fotógrafa ponen en juego "el humor y lo triste", "la identidad y lo teatral", según Borland, que ha realizado trabajos para The New Yorker, The New York Times o The Independent. Además de su amigo Cave, en Smugde posan más amigos, Mark Vessey, Sherald Lamden e Ignacio Andreu.

Con la exposición de estas 25 inquietantes y extrañas criaturas ("esto es lo que nos atrae a primera vista de sus fotos: el amor y la ausencia de juicio", según Cave) se estrena en Madrid Gloria, un nuevo espacio en pleno distrito de Justicia, que busca agitar la vida cultural del barrio y entregar a Madrid un lugar que combine salas expositivas, una sección de librería especializada en artes visuales, arquitectura y diseño y otra donde encontrar objetos para comprar. Desde grabados de estudiantes de la Escuela de Arte de Fráncfort hasta pósters de ediciones limitadas y firmados del diseñador norteamericano Small Stakes o del último Premio Nacional de Diseño Óscar Mariné. Su producto estrella es un perro de papiroflexia que no han acabado de montar, "es complicadísimo", dice alguien, que aclara que el tamaño que venden no asusta, "lo tenemos tamaño chihuahua".

No fue casual la elección de Borland para el debut. "Polly es lo suficientemente honesta para hacer lo que le da la gana. Intento localizar a gente con ese espíritu para traerla aquí", cuenta Ignacio Andreu, uno de los socios de Gloria, junto a David Montesinos. Detrás está también la prestigiosa editorial especializada en arquitectura Actar, que ha comprado Birkhauser, editora de Le Corbusier, entre otros. Gloria ocupa un espacio privilegiado de 500 metros cuadrados que ha sido de todo, desde una correduría de seguros hasta una tienda de objetos para la cocina. El arquitecto Juan José Mateos ha realizado una intervención de limpieza y saneamiento. Luego ha dejado que el espacio respire.

Smugde. Espacio Gloria. Hortaleza, 116. Hasta el 20 de febrero.

Retratos de Nick Cave, que se exponen en el espacio Gloria.
Retratos de Nick Cave, que se exponen en el espacio Gloria.

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