López impulsa la 'fusión fría' de BBK y Vital tras limar el rechazo del PP

La fusión fría de BBK y la Vital va a contar una nueva oportunidad. Después de tres operaciones fallidas en el último lustro para acumular fuerzas entre las cajas vascas -integración a tres, a dos entre BBK y Kutxa, y la fusión fría de nuevo a tres que planteó sobre el papel el anterior presidente de la Vital, Gregorio Rojo- la creación de un nuevo banco en el que participen la caja vizcaína y la alavesa parece entrar en una vía de consolidación.

La operación, un Sistema Institucional de Protección (SIP) o fusión fría impulsada desde la propia Lehendakaritza, se halla en la fase de conversaciones previas entre las entidades, pero cuenta con más posibilidades de éxito que los intentos anteriores, debido a que Patxi López y sus socios preferentes del PP han rebajado la oposición frontal que había en Álava a este tipo de concentraciones, hasta reconducirla a una cuestión de primer orden en la agenda política y financiera de los meses venideros.

La caja vizcaína actúa con total prevención tras los fracasos previos

Aunque el PP todavía no conoce todos los detalles de la operación y, por tanto, no tiene una posición definitiva tomada, al menos se ha comprometido ante el Gobierno a analizar "a fondo" la propuesta cuando se sustancie. Conscientes de los problemas que arrastra el sector, los populares saben que resulta muy difícil negarse a un proceso de tales características si se plantea desde la independencia de cada entidad.

El PP hizo público ayer un comunicado en el que admite que "la posibilidad de un SIP o fusión fría es una alternativa contemplada en la legislación y que permite sumar la capacidad financiera de las entidades participantes al mismo tiempo que se mantiene la autonomía, los órganos de gobierno y la gestión de la obra social en cada una de las partes implicadas". Esas son sus condiciones. La Vital actuaría con este nombre en Álava y BBK se mantendría en Vizcaya. Entre ambas crearían un banco, en el que BBK contaría con el 85,5% del capital y Vital el 14,5% restante, atendiendo a las dimensiones actuales de sus activos, que operaría con otro nombre comercial en las áreas de nueva implantación.

Las dos entidades quedarían vinculadas durante los 10 años que establece la normativa y habría que decidir la sede de los servicios centrales de la nueva entidad.

El portavoz del PP alavés en la Vital, Miguel Garnica, aseguró que estudiarán la propuesta y luego tomarán una determinación. "Es una opción mejor que la fusión y permite mantener la independencia", sostuvo.

Ambas cajas emitieron sendos comunicados en los que reconocen que han mantenido ya varias reuniones, pero rechazan que se haya diseñado por el momento una operación de ese tipo. "No hay ninguna operación sobre la mesa", explicó un portavoz de BBK, quien enmarcó las conversaciones con la caja alavesa en un proceso más abierto en el que también han hablado, en diferentes momentos, con Caja Castilla-La Mancha, Cajasur, a la que ha acabado absorbiendo, y con entidades de la Comunidad Valenciana, conversaciones estas que no han fructificado.

La prevención de BBK en este sentido es total, y condiciona cualquier intento serio a que el PP abandone el rechazo frontal que ha mantenido históricamente a la fusión de las cajas vascas. La primera entidad de ahorros vasca ya ha participado en dos operaciones diseñadas al detalle que han fracasado por problemas políticos y no se pueden permitir un nuevo traspié. Menos aun cuando está a punto de comenzar una segunda vuelta de concentraciones en el sector de las cajas y el presidente de BBK, Mario Fernández, ha reiterado que van a estar atentos a todas las posibilidades que se abran.

A ello se suma que las relaciones heladas entre el PP y Gregorio Rojo han dado paso a una "comunicación normalizada" con el nuevo responsable de la caja alavesa, Carlos Zapatero, lo que además permite superar las consecuencias negativas que genera el enrarecido ambiente entre los populares alaveses y el líder provincial del PSE, Txarli Prieto.