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Columna
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Cutreleaks

Desde hace una semana están pasando tantas cosas y tan increíbles que casi no da tiempo a asimilarlas: la filtración de Wikileaks, la huelga salvaje de los controladores, la debacle de los socialistas catalanes, la desconfianza de los mercados... Y, sin embargo, aquí tenemos de todo y nadie se pavonea por ello. ¿Desconfianza de los mercados?: dicen que cuando la Generalitat valenciana hizo público su anuncio de emisión de bonos, los mercados, esa entelequia que parece una figura retórica, se echaron a reír a grandes carcajadas mientras mascullaban "como no les fíen en los casales falleros". ¿Huelga salvaje?: ¿es que alguien controla algo aquí desde hace años?: por eso han encomendado el control del aeropuerto de Castellón a la estatua del cacique. ¿Debacle electoral socialista?: para desastre el que va a haber aquí, aunque también es verdad que si ganasen se morían del susto y aún sería más grave. Con todo, lo mejor es lo de Cutreleaks. ¿No se han enterado? Resulta que a un amigo mío lo llamaron de la parroquia para arreglar los detalles de la boda de su hija y, como no estaba, le dejaron un mensaje. Por desgracia, el cura se olvidó de colgar, se echó el móvil al bolsillo y se fue al confesionario, con lo que mi amigo ha podido escucharlo todo. Oigan: -Padre, me acuso de tocamientos deshonestos; -Cuenta, cuenta, hijo mío; -Toco un poco de todo, que si la basura de La Vega Baja, que si el pelotazo de Tabacalera, que si...; (Impaciente) -Ah, bueno, pues reza tres avemarías. Luego se oye otra voz: -Padre, no pago a mis proveedores, por no pagar no pago ni mis trajes: -Está muy feo, tendrás que pagar todo lo que debes. -Es que ya no me queda nada, me lo gasté todo en la visita del Papa; -Esto es diferente, haberlo dicho antes, pero pórtate bien a partir de ahora. Hay un rato de silencio y de pronto se oye un sollozo: -Padre, soy un miserable, lo he negado tres veces y, sin embargo, lo de que somos más que amigos es cierto; -Tranquilo, hijo mío, también San Pedro negó a Nuestro Señor y ahí lo tienes. A continuación sale una voz de mujer. -Padre, me acuso de que hay un chico malo que me hace la corte y que me da la razón en todo, tan pronto acepta lo del Cabanyal como lo de Mestalla; debería mandarle a paseo, pero reconozco que me hace tilín, ¿qué puedo hacer?; -Picaruela, los designios del Señor son inescrutables: tú sigue, que a lo mejor lo llevas al buen redil; pero nada de caricias, ¿eh? Y así sigue la cosa durante más de una hora. Mi amigo no sabe qué hacer. Aunque el tal Assange ha sacado una pasta, ya está en el trullo. Además, a él le darían mucho menos y el que traiciona el secreto de confesión incurre en pecado mortal. No hay democracia sin libertad de prensa, pero también tendría gracia que el periodismo de investigación le pasase factura en el otro mundo.

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