Holanda planea indemnizar los casos prescritos de pederastia en la Iglesia
La comisión que investiga los abusos en instituciones católicas estudia una compensación colectiva después de registrar casi 2.000 denuncias
Para su sorpresa, Holanda encabeza la lista de demandas por abuso sexual a menores en el seno de la Iglesia católica: casi 2.000. La cifra supera las registradas en Estados Unidos, Irlanda o Alemania, países que presentan casos similares. La cifra fue desvelada ayer por Wim Deetman, presidente de la comisión encargada de analizar los episodios de pederastia ocurridos en el país desde 1945. De sus investigaciones se desprende, asimismo, que la fundación Ayuda y Justicia, establecida por la propia Iglesia católica en 1995 para centralizar las denuncias, "no goza de la confianza de las víctimas".
"Como opera sobre intereses contrapuestos, el clero y los afectados, lo mejor sería que estos últimos recibieran ayuda profesional", dijo ayer Deetman, ex ministro democristiano de Educación y protestante devoto. En sus conclusiones preliminares, también llamó a compensar a las víctimas como un colectivo, "ya fueran en su día menores o adultos, aunque los hechos hayan prescrito".
Miembros del clero agredieron a niños de Secundaria, pero también a niñas
Deetman fue elegido la pasada primavera por la Conferencia Episcopal holandesa para que formara un equipo "que arrojara luz" sobre unos sucesos, dijeron los obispos, que les han afectado "profundamente por su carácter de abuso sexual".
A la vista de las denuncias recibidas hasta la fecha por la comisión, los abusos fueron cometidos sobre todo en las décadas de los cincuenta y sesenta en internados del sur de Holanda. Se trata de la zona eminentemente católica del país, y allí tenían sus colegios jesuitas, salesianos y los Hermanos del Amor. Si bien la mayoría de los alumnos eran niños de Secundaria, también hay niñas asaltadas. Los que abusaron eran sacerdotes, seminaristas y, en algunos casos, monjas. Deetman elaborará un inventario de las denuncias, que presentará en 2011.
Arropada por dos psicólogos, un juez, un historiador y un filósofo social, la denominada Comisión Deetman ha pedido la creación de "un centro de excelencia que opere de forma abierta, profesional y transparente". "Sería parecido a los existentes en otros ámbitos de la sociedad. Ayuda y Justicia no puede hacerlo. Por eso debería transformarse en un organismo que reciba las denuncias, las analice y preste luego ayuda especializada a los demandantes".
La Conferencia Episcopal y la Asociación de Congregaciones Religiosas tienen hasta julio de 2011 para explicar la forma que darán al nuevo organismo. Sabedor de que las víctimas prefieren que sea el Parlamento el que investigue los abusos sexuales del clero holandés, Deetman subrayó que la vía penal está abierta para todos. "Los que prefieran acudir a la policía y a los tribunales tienen el camino franco", dijo.
De momento, sin embargo, la clase política holandesa prefiere no involucrarse en este asunto. En un espontáneo ejercicio de "el causante debe pagar por lo que hizo", todos los grupos parlamentarios han preferido esperar primero la reacción del episcopado.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.