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El estancamiento de los servicios empobrece a las tres capitales

Los expedientes suben en el Gran Bilbao, Donostialdea y la Llanada Alavesa

Pedro Gorospe

La titubeante reacción del consumo en general y del de los hogares en particular como consecuencia de la crisis y el aumento del desempleo, junto al recorte de los servicios por el mismo motivo, está motivando un empobrecimiento progresivo de las tres capitales y sus comarcas de influencia. Si la construcción y todos los sectores a ella asociados casi desaparecieron del mapa entre 2008 y mediados de 2009, a partir de ese momento la desconfianza del consumidor ha ido lastrando poco a poco el comercio y las pequeñas empresas auxiliares que trabajaban en servicios a las familias y a otras pymes, que ven cómo sus clientes empiezan a reasumir tareas que habían externalizado.

Con la excepción del Bajo Bidasoa y Tolosaldea, este año las únicas comarcas en que han crecido los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) son las que tiene como cabeza a las tres capitales. La fuerte reestructuración que se está produciendo en ellas en el comercio minorista y en las pymes en subsectores como el transporte, los servicios financieros, la educación, la hostelería o los espectáculos deja no solo muchas lonjas vacías, sino que reduce de forma notable el poder adquisitivo de sus habitantes.

En dos años se han perdido unos 2.000 empleos directos y 1.800 indirectos
El sector de los servicios supone más del 65% del PIB de Euskadi
"El nexo común es el golpe que se llevan las capitales", destaca UGT
"La clase media está asustada", dice el ex presidente de una asociación comercial

Y todo ello cuando los precios siguen su escalada. En octubre pasado, la subida interanual del IPC se situaba ya en el 2,3%, sobre todo por el ascenso de los previos de la electricidad, la ropa y el calzado.

Pese a todo, el consumo privado registró en el tercer trimestre del año una tasa de crecimiento positiva del 1,2% con respecto al mismo periodo de 2009, si bien descendió un 0,9% con respecto al trimestre anterior, después de tres registrando tasas intertrimestrales positivas.

Los datos avalan también esa tesis del empobrecimiento progresivo cuando se baja al detalle de las ciudades, como asegura la secretaria de Acción Sindical de UGT, Maribel Ballesteros. Vitoria aglutina al 80% de las empresas y de los habitantes de Álava, mientras que la industria y los servicios se hallan más repartidos en Vizcaya y mucho más en Guipúzcoa. Pese a ello, los expedientes aumentan en las comarcas de las tres capitales (Llanada Alavesa, Gran Bilbao y Donotialdea).

En Vitoria, subieron un 17% de enero a junio, afectando a 2.496 personas de las 3.985 incursas en un ERE en Álava. En Bilbao, los expedientes aumentaron un 14% hasta un total de 81, que han afectado a 591 personas sobre un total de 6.097. Y en San Sebastián crecieron el 10% hasta 43 expedientes, con 486 empleados de un total de 9.167.

"Cada territorio es diferente, pero el nexo común es el golpe que se llevan las capitales en sectores como comercio al por mayor [89 expedientes este año], comercio al por menor [50], hostelería [26], actividades profesionales [88], servicios auxiliares [29], Educación (4) y otros servicios [14]", después de dos años en los que ya han caído las inmobiliarias, indica Ballesteros. En conjunto, dichos expedientes afectan a unos 5.000 trabajadores, lo que supone casi el 17% de los 29.404 que se encuentran actualmente sometidos a un ERE en la comunidad autónoma.

La mayoría de sus trabajos son urbanos y se suman a las numerosas bajas que ya se han producido en el sector industrial más cercano a las capitales, pese a que la principal sangría en los ERE corresponde, todavía en 2010, a las empresas del sector metalúrgico, con 463 expedientes que afectan a un total de 9.351 trabajadores.

Pese a todo, en Vizcaya se han creado en lo que va de año 1.517 nuevas sociedades, de las que el 76% (un total de 1.153) pertenecen al sector servicios. De ellas, 611 han nacido en Bilbao. En Euskadi, hasta septiembre pasado se habían constituido este año 2.445 sociedades, pero se destruyeron otras 3.434.

A. L., cajero de una importante empresa de distribución alimentaria sita en el centro de Bilbao, constata que los clientes están gastando mucho menos dinero en la cesta de la compra: "Se va a línea blanca, pollo, pavo, sin grandes alegrías consumistas. Hay mucho miedo y poco dinero". No es el único síntoma de lo que está sucediendo. Proliferan las tiendas de arreglos de ropa y de venta de oro, los comedores de Cáritas se llenan como nunca todos los días y no solo por marginados y las parroquias de las ciudades vuelven a repartir cantidades notables de ropa.

"Las medidas del Gobierno no están teniendo efecto sobre el pequeño comercio, y el Ayuntamiento no ayuda permitiendo la apertura de nuevas grandes superficies", apunta Javier Zulaica, de un comercio del mismo nombre en la capital alavesa. "La clase media está asustada y, si esa no compra, la cosa se complica", abunda Javier Mendoza, ex presidente de la asociación de comerciantes del Casco Viejo de Vitoria. "La crisis se encuentra ya en las ciudades, y da la impresión de que se va a quedar también el año que viene", añade, pese a lo cual se muestra esperanzado: "El sector aguanta y espera".

El sector servicios supone más del 65% del PIB vasco y una cifra similar de todo el empleo de Euskadi. Es el sector que más se ha desarrollado en los últimos años y su crecimiento sostenido resulta clave para el desarrollo de toda la economía. De momento, la industria comienza a tirar de la economía vasca, pero sin crecimiento del empleo será difícil que se reactive el consumo, y sin consumo ni demanda interna el sector servicios languidece. Los comerciantes se quejan de que 2010 "está siendo el peor año".

El daño en Encartaciones

La comarca de Encartaciones es una de las que más ha sufrido la crisis, sobre todo porque numerosas industrias que llevaban implantadas en Euskadi bastantes años han desaparecido. El hecho de pertenecer a sectores que ya estaban maduros y no han sabido modernizarse ha provocado el cierre de una decena de empresas allí instaladas que suman más de 2.000 trabajadores.

En la zona de Alonsotegi convivían la industria del mueble, que ha sufrido como pocos sectores el hundimiento de la construcción, del papel y numerosas empresas químicas y metalúrgicas, las más afectadas. Al destruirse el tejido industrial, los servicios se hunden.

ELA asegura que es una de las zonas más afectadas de Euskadi por la crisis tras el cierre de empresas como Reckitt Benkisser, Muebles Justo Zorrilla, Muebles Leitab, Carpintería San Esteban, Artazi, Muebles Encartaciones, Conlape, Intraplas y Colegio Coenen, que suman 700 empleos totales, a las que se añaden ThyssenKrupp y Pastguren, con otros 800 empleados más.

A principios del año pasado, un total de 1.098 trabajdores de empresas que tienen su sede en esa zona se encontraban incluidas en Expedientes de Regulación de Empleo. En apenas dos años, se han perdido 2.000 empleos de manera directa y otros 1.800 indirectos más.

El sindicato nacionalista detalla que la crisis ha obligado a reducir a la mitad el empleo en las plantillas de otras 18 empresas de los sectores del mueble, metalúrgico, y automoción. Muchas de ellas eran empresas auxiliares del sector de la construcción en las ramas de iluminación, marmolería, demoliciones o aparatos de frio.

La situación, que fue muy dura en 2009, está mejorando ligeramente en 2010 desde el punto de vista de las empresas, pero no desde el del empleo.

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Sobre la firma

Pedro Gorospe
Corresponsal en el País Vasco cubre la actualidad política, social y económica. Licenciado en Ciencias de la Información por la UPV-EHU, perteneció a las redacciones de la nueva Gaceta del Norte, Deia, Gaur Express y como productor la televisión pública vasca EITB antes de llegar a EL PAÍS. Es autor del libro El inconformismo de Koldo Saratxaga.

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