Hacia una solución justa
Lo ocurrido esta semana en el Parlamento Europeo y en el Parlamento español con el Sáhara Occidental pone claramente de manifiesto la dificultad de resolución del conflicto ante la postura de fuerza de la Administración marroquí, apoyada por Francia, que boicotea en la ONU la vigilancia de los derechos humanos en este territorio, mientras que el Gobierno español sigue sin mostrar la contundente repulsa que merecería el desalojo forzoso del campamento saharaui.
Lo más curioso del tema es el papel de víctima que ha tomado Marruecos, pues durante la comparecencia del ministro marroquí Fassi-Fihri en el Parlamento Europeo acusó a los eurodiputados de usar palabras a la ligera, así les dijo: "Repiten lo que dice Argelia y el Frente Polisario, ya han decidido y no escuchan".
Después de lo que ha pasado estos días en que Marruecos ha prohibido o limitado el derecho de libertad de prensa en el Sáhara Occidental, creo que este asunto solo se resolverá cuando en ese país se respeten los derechos humanos. Y para lograrlo creo que el Gobierno español está moralmente obligado a hacer todas las gestiones que sean necesarias.
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