Los narcos asesinan a una jefa de policía en México

Hermila García Quiñones, jefa policial mexicana, fue asesinada en la noche del lunes por un grupo de sicarios en el norteño Estado de Chihuahua. García, de 38 años, dirigía desde el pasado octubre la Policía Municipal de Meoqui, una localidad fronteriza con Estados Unidos. Su cuerpo, acribillado a balazos, fue hallado cerca de su vehículo, en el que viajaba sin escolta. García dirigía una corporación de 90 hombres y se convierte en la primera mujer con mando policial asesinada por el narco.

Otras tres mujeres dirigen policías municipales en Chihuahua, uno de los Estados más azotados por el crimen organizado. En 2008 fue asesinada la directora administrativa de la policía de Ciudad Juárez, la localidad más violenta de Chihuahua y escenario de una encarnizada guerra entre los carteles de la droga que ha dejado 2.700 muertos en lo que va de año.

Precisamente ayer la policía exhumó 20 cuerpos hallados en una narcofosa en el municipio de Puerto Palomas, cerca de Ciudad Juárez. Las autoridades no descartan que pueda haber más cuerpos. Los cadáveres llevaban enterrados entre 8 y 12 meses. El hallazgo de la fosa común se produjo tras la detención de cinco personas, a quienes se les requisó armamento y 176 kilos de marihuana.

Por otro lado, la policía federal detuvo ayer a José Alfredo Landa Torres, alias El Flaco, jefe del cartel de la Familia Michoacana. La captura se produjo en Morelia, capital de Michoacán. El Flaco había asumido el control de las operaciones en Morelia tras la captura de anteriores jefes del cartel. Era el responsable de coordinar personal a su cargo, administrar las finanzas, corromper autoridades y distribuir drogas en Michoacán.

El cartel había anunciado recientemente que se replegaría en diciembre. Según confesó El Flaco, se trataba de una estrategia: la banda tenía previsto incrementar el número de delitos comunes, como extorsiones, secuestros y robos, con el fin de generar una sensación de "vacío de autoridad" y lograr que la población reclamara su presencia para controlar la delincuencia.