Albert Rivera: "El ultranacionalismo ha entrado al Parlament"

Ciutadans (C's) se prepara para tiempos difíciles en el Parlament. Para nadie es un secreto que el objetivo de la formación liderada por Albert Rivera era lograr cinco diputados y alcanzar su grupo propio. Las urnas le dieron dos sorpresas: solo tres escaños y a Solidaritat Catalana (SI) y su líder Joan Laporta como compañeros de bancada en el grupo mixto.

Los seguidores de Rivera no han dudado en cambiar el discurso optimista del principio de la campaña para decir que la meta era "mantenerse". El resultado obtenido y casi 16.000 votos más sostienen el cambio de postulado. Ayer el mismo líder de C's lo refrendó: "Dijimos que nos consolidaríamos y lo hemos hecho, dijimos que creceríamos y lo hemos hecho".

Pero lejos del discurso oficial, la noche del domingo los militantes reunidos en el Hotel Gallery no ocultaron su frustración, sobre todo por la "injusticia aritmética" que hizo que SI obtuviera menos votos pero más escaños.

Sin embargo, en la resaca electoral el tema que preocupa es la difícil relación que tendrá que llevar el partido con SI en el grupo mixto, donde el partido de Laporta tendrá mayoría. En la noche del domingo el director de campaña de C's, José Manuel Villegas, calificó la convivencia de ambas formaciones, en las antípodas políticas, de simple "problema de intendencia". En la práctica, ambas agrupaciones tendrán que repartirse el dinero que les corresponde, el coche oficial y los tiempos de intervención, entre otras cosas.

Rivera ayer fue más agresivo que Villegas, que se quedó fuera del Parlament por menos de 2.000 votos y afirmó que "el ultranacionalismo ha entrado en el Parlament". El líder de C's remató diciendo que "si en 2006 éramos necesarios, ahora somos imprescindibles. Los que defendemos la convivencia debemos ser más fuertes ante los que pretenden confrontar y levantar fronteras".

Las discordias entre Ciutadans y Solidaritat Catalana vienen de lejos. Más allá de lo ideológico se pueden reducir a una animadversión personal entre Jordi Cañas, portavoz y número tres del partido, y Joan Laporta.

En la noche electoral, cuando Cañas hablaba en la tertulia de TV-3, los simpatizantes de Laporta que se habían reunido en el hotel Diagonal Zero le gritaban espanyol y "facha". Cañas, por su parte, ha utilizado en varias ocasiones el mismo calificativo para referirse al ex presidente del Barça. De hecho, cuando anunció su paso a la política, le comparó con Jesús Gil y sus formas de estilo "fascista, tabernario y bravucón".

Ciutadans, que en la pasada legislatura se había acostumbrado a estar solo en el grupo mixto tendrá que aprender a convivir con los novatos, sedientos de figurar en los próximos cuatro años. Y Laporta, que maneja al dedillo el arte de la escenificación, se verá obligado a aprender los intríngulis del trabajo parlamentario, una misión en la que Alfons López Tena y Uriel Beltrán, sus compañeros de fila, serán sus guías.

Ninguno de los dos partidos estará en el futuro gobierno de Artur Mas y por reglamento, sólo podrán presentar enmiendas en los proyectos de ley. C's lo hará para "tender puentes con España" y SI para romperlos.