El hermano mayor del Laguna

Audi, BMW y Mercedes dominan las ventas entre las berlinas grandes, y solo algunas firmas exclusivas como Jaguar consiguen competir con ellas. Los fabricantes populares que han lanzado modelos de este tipo han obtenido malos resultados, porque los clientes, ya sean particulares o empresas que buscan vehículos para sus directivos, valoran mucho la imagen de marca. A pesar de estos antecedentes, Renault vuelve a la carga con una nueva berlina grande, el Latitude, que cubrirá el hueco dejado por el Vel Satis (descatalogado en 2009) y tratará de mejorar sus bajas cifras de ventas.

A diferencia del Vel Satis, que tenía una carrocería de arquitectura elevada, el Latitude presenta una línea convencional, con el formato habitual en los turismos. Mide 4,89 metros de largo, casi 20 centímetros más que el Laguna, y muestra una planta elegante y algo anodina. Destaca por su espacio y confort, y es de esos coches que permiten hacer viajes largos con gran comodidad. A estas cualidades se suma una buena relación calidad/precio: saldrá a la venta en enero, desde 23.800 euros (incluido un descuento de lanzamiento de 2.000), y vendrá muy completo de serie.

El Latitude se postula como alternativa a otras berlinas grandes de marcas populares, como el Skoda Superb o el Subaru Legacy, y es el segundo Renault fabricado en Corea del Sur, tras el todoterreno Koleos. Se trata de un clon del Samsung SM5 con los detalles de estilo de la marca francesa. Recoge la base mecánica del Laguna, aunque con ejes más anchos y una suspensión trasera más sofisticada que mejora el confort.

Con cerca de cinco metros de largo, ofrece un interior desahogado, con dos buenos butacones delante y tres plazas atrás con mucho espacio para las piernas. Sin embargo, si se mide más de 1,8 metros de alto se roza con la cabeza en el techo y no se va tan cómodo. El maletero también es amplio, 477 litros, e incluye una rueda de respuesto normal.

El interior resulta acogedor y, junto con una insonorización eficaz y unas suspensiones que filtran adecuadamente, crea el trinomio necesario para poder recorrer grandes distancias sin acusar apenas el cansancio. Además, cuenta con una serie de equipamientos que refuerzan el confort interior, como asiento del conductor con masaje, perfumador y hasta un ionizador que depura el aire y evita los ambientes cargados.

El tacto general y los motores ayudan también a desplazarse con suavidad. Hay un 2.0 de gasolina y 140 CV (23.800 euros y 7,9 litros de consumo medio) y tres turbodiésel dCi más recomendables por su mayor fuerza y menor consumo: 2.0 de 150 CV (25.100 euros y 5,3 litros), 2.0 de 175 (28.600 y 5,5), 2.0 de 175 con cambio automático (31.300 y 6,5) y 3.0 V6 de 240 CV, también con caja automática (39.400 y 7,2).

El equipamiento se estructura en tres acabados, Expression, Privilége e Initiale, aunque el primero viene ya con todo: seis airbags, control de estabilidad, llantas de aleación, climatizador bizona, ordenador, volante con mandos, puerto USB, bluetooth, radio CD/MP3, control de velocidad y sensores de lluvia y luces.