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Microurbanismo en Ciutat Vella

El distrito programa una decena de pequeñas intervenciones en plazas y rincones para atajar las quejas vecinales por el mal uso del espacio público

Blanca Cia

Hace tres semanas, el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, y el presidente de la Generalitat, José Montilla, anunciaron -en un paseo de precampaña por el distrito de Ciutat Vella- la voluntad de crear una agencia de gestión para el distrito. Los dos entienden que la complejidad del centro histórico es tal que no se puede gestionar como los demás, opinión no compartida por entidades que creen que algo así es una forma de evitar el control político. Pero mientras ese anuncio no deja de serlo, no amainan las quejas de los vecinos por el mal uso y la degradación de plazas y rincones de Ciutat Vella. De hecho, las pancartas con la leyenda "volem un barri digne" proliferan en los barrios del centro histórico.

Juegos infantiles, terrazas y rejas para evitar la ocupación de las calles
Serán intervenciones de poco presupuesto que se ejecutarán en unos meses

Así las cosas, el distrito ha programado una decena de pequeñas intervenciones, sobre todo en el Raval y en el Barri Gòtic, para intentar solucionar algunos problemas. Microcirugía, tiritas -también se podrían denominar parches-, según la definición de los responsables municipales.

Hay de todo: cambiar asfaltado, colocar espacios de juegos infantiles, eliminar rincones y escalones, cambiar bombillas -de luz amarilla por otras de luz blanca-, poner terrazas, sacar motos, etcétera. El valor total de todas las intervenciones es de cerca de un millón de euros. La ex edil del distritro Itziar González realizó lo que se podría considerar el diagnóstico de los problemas. Y Assumpta Escarp, la actual responsable de Ciutat Vella, ha encargado los proyectos y su ejecución.

Algunos ya se han realizado, otros están en marcha y otros se llevarán a cabo de forma escalonada a lo largo de año próximo. "Pensar en las estrategias de futuro del distrito no está reñido con tomar decisiones para los problemas más próximos, que son los que más inquietan a los vecinos", apunta Escarp. Y también son los que más salen a relucir en las audiencias públicas.

Hay otra razón administrativa y política de peso: las partidas presupuestarias que tienen los distritos están adjudicadas y si no se agotan se pierden los fondos asignados. De ahí viene la acumulación de pequeñas intervenciones. Además, son los últimos meses del mandato.

Las que siguen son algunas de las más destacadas:

- Macba/CCCB. Entre la fachada del Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona (Macba) que da a la calle de Montalegre y el edificio del CCCB se colocará una reja para evitar que se instalen allí grupos de indigentes, algo difícil de conseguir. De hecho, ya se ha levantado un cerramiento provisional y los sin techo se han trasladado a otro rincón de la fachada del Macba. El coste es de 60.000 euros.

- Plaza de los Àngels. El distrito y Fomento de las Artes Decorativas (FAD) proyectan instalar una terraza en la zona de la plaza de los Àngels más próxima al FAD. Con ello se persigue restar espacio a la práctica del skate en la plaza, uno de los lugares preferidos por los que lo practican. Si hay una terraza, ese espacio no se podrá usar para otra cosa. El proyecto está pendiente de definición.

- Plaza de Isidre Nonell. Esta plaza y otra contigua del Gòtic, que no tiene nombre pero se conoce populamente como la de los Peixos, se habían convertido en las plazas de las motos. Tenían 93 plazas de motos legalizadas, pero en la práctica un día laborable aparcaban allí más de 200. Las dos plazas se pavimentarán de nuevo y en una de ellas se instalará un pequeño parque infantil. También se están recuperando los arcos de un acueducto en la medianera de un edificio y el trazado de los caminos medievales. El coste de las intervenciones en este rincón del Gòtic es de 392.000 euros.

- Entorno del Baluard. Es una de las zonas del Raval sur que más problemas acumulan en el espacio público y, en consecuencia, donde más enfado hay entre los residentes. Después de derribar los restos de las edificaciones y acondicionar los solares frente a la narcosala del Baluard, indigentes y personas que acuden a ella han buscado otros rincones donde cobijarse. Las entradas de los aparcamientos de dos edificios cercanos se habían convertido en refugios. El distrito, de acuerdo con los vecinos, modificó la entrada de los aparcamientos para que quedaran alineados con el resto de la fachada. Los trabajos ya han acabado y han costado 12.000 euros. Hay otras actuaciones de ese tipo en estudio con el mismo objetivo: evitar la instalación de sin techo y de toxicómanos que se pinchan en la calle.

- Plaza de George Orwell. Las escaleras que conforman la plaza triangular se habían convertido en lugar de encuentro de colectivos varios y de consumo de bebidas alcohólicas prácticamente durante todo el día. El urbanismo que nació con la creación de la plaza -se derribaron varios edificios para esponjar esa zona- se reforma. Tendrá un solo nivel y se ubicará una zona infantil. Las obras se iniciarán pasadas las Navidades y su coste será de 245.000 euros.

- Plaza de la Vila de Madrid. Esta es otra de las plazas conflictivas de Ciutat Vella y en ella las pancartas con la frase "volem un barri digne" llevan meses colgadas. La ocupación permanente del jardín que rodea la vía sepulcral romana y la suciedad que generaba se pretenden solucionar con la colocación de una reja perimetral, con más presencia policial -sobre todo por la tarde y la noche- y con un vigilante junto al museo en horario diurno. En este espacio también se incluye un área de juegos infantiles. Una de las quejas de los residentes era la acumulación de actividad comercial en la plaza y se ha optado por trasladar la feria de artesanos a otro emplazamiento del distrito en febrero del año próximo. La intervención costará unos 92.000 euros.

- Cierre de la Boqueria. Es una intervención que ya se anunció en el anterior mandato municipal y que no se llegó a ejecutar. Tras el episodio de prostitución en los soportales del mercado y el endurecimiento de la presión de residentes y de los comerciantes del mercado de la Boqueria, el distrito ha empezado a cerrar las entradas por la noche. De momento se ha colocado una de las 10 vallas que solo podrán abrir los vecinos del entorno. El coste de la intervención será de 94.000 euros. Para más adelante se deja la rehabilitación de la estructura modernista de hierro en la entrada del mercado. Ese es el cerramiento que se hará con cristal cuando el proyecto esté definido.

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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