"En TV-3 se debería hablar castellano con normalidad"
Hace cuatro años, un Albert Rivera (Barcelona, 1979) con cara de niño y vaqueros entraba en el Parlament. Con 27 años, no solo era el diputado más joven de la legislatura; también era la cara visible de Ciutadans (C's), el partido sorpresa de las elecciones que logró tres escaños con una propuesta antinacionalista catalana, tutelada por intelectuales como Francesc de Carreras. Su reto este domingo es superar el 3,05% de los votos que obtuvo entonces y formar grupo propio. Su discurso crítico sobre la política lingüística oficial le ayudó a remontar la crisis interna de su partido.
Pregunta. ¿Ciutadans es la marca blanca del PP?
Respuesta. No. Somos progresistas, ellos conservadores. El PP se disculpa por no ser de aquí e intenta entrar en el club del catalanismo. Nosotros no pedimos perdón por hablar en español o catalán. Y no estamos en venta.
Veo posible, a largo plazo, un pacto entre PSC y PP, como en Euskadi
P. ¿Entonces por qué a la gente le cuesta ubicar su ideología?
R. El nacionalismo catalán ha hecho entender que todo lo que no comulga con ellos tiene que ser de derechas. Y la prensa no habla de lo que hacemos.
P. El ciudadano también se confundió al ver que iba a las elecciones europeas con Libertas [euroescépticos y de extrema derecha]. ¿Se equivocó en esto?
R. Sí. Falló el experimento de coalición con partidos de otras ideologías, pero no nos presentamos con un programa euroescéptico. Una cosa fue la decisión de presentarse a las europeas y el fracaso electoral y otra que desde antes había gente que no estaba en la mayoría social del partido. Fue una crisis en toda regla, pero fuimos humildes, hicimos autocrítica y pasamos página.
P. ¿Siguen en C's los ideólogos fundadores?
R. Les consultamos temas concretos. Desde un principio dijeron que no querían figurar en las listas ni en el comité ejecutivo. Eso sí, no estaríamos donde estamos sin los militantes anónimos. El trabajo parlamentario también ha construido doctrina.
P. Es el abanderado de la defensa del castellano. ¿Cómo protegerá el catalán?
R. La mejor política es la que lo haga atractivo, sin un régimen sancionador. Ejemplo: ¿Tiene el rótulo en castellano? Si lo pone en ambas lenguas quizá le podemos ayudar con el cambio e invertir ahí en lugar de hacerlo en subvenciones dudosas.
P. ¿Y en la Administración?
R. Planteamos que todo lo público sea bilingüe. Pero si solo se puede hacer en una lengua, que sea en la que el ciudadano pregunte. En las oposiciones, el nivel lingüístico debe ser un parámetro más, no una barrera de entrada. El nivel C de catalán no es de suficiencia, es alto. Eso sí, alguien que atiende el 112 debe tener competencia suficiente.
P. ¿TV-3 emitiría en castellano?
R. En los medios públicos se debería hablar también en castellano. No con cronómetros, pero debe haber flexibilidad. Si en una tertulia hay personas que se sienten más cómodas hablando en castellano, que lo hagan. El criterio tiene que ser la calidad, no la lengua.
P. ¿Ve posible aquí un pacto PP-PSC, como el del País Vasco?
R. A largo plazo, sí. El 29-N el PSC tendrá que quitarse la máscara y plantearse si quiere ser como el PSE o un partido nacionalista con un grupo propio en Madrid. Si tendiera hacia una marca del PSOE en Cataluña, podríamos formar una mayoría social con el PP si hace falta. No podemos seguir pactando con nacionalistas.
P. ¿Está de acuerdo con los conciertos vasco y navarro?
R. Los privilegios territoriales no tienen sentido. La caja debe ser una y se debe repartir de acuerdo con la Ley de Financiación de las Comunidades Autónomas.
P. ¿Hay algo por lo que España deba pedirle perdón a Cataluña?
R. Quienes estamos cómodos siendo una comunidad autónoma, con uno de los mayores grados de autogobierno de Europa y con dos lenguas, no tenemos que pedir perdón. Ni el resto de España tiene que disculparse de nada.
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