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Once años de espera para una casa

Cádiz anuncia el sorteo de unas viviendas paralizadas por las constructoras

Los ladrillos no se mueven junto al cementerio de la ciudad de Cádiz. Si los plazos se hubiesen cumplido en su día, hace diez años que junto al clausurado camposanto gaditano, que ya debería ser un parque público, habría levantadas 171 viviendas.

Los propietarios de las pequeñas casas que había en la zona confiaron en dos promotoras para abandonarlas, ser realojados y esperar a la construcción de sus renovados domicilios. Pero una década de problemas burocráticos, a los que se sumó a última hora la crisis inmobiliaria, ha estancado las obras. Los ladrillos no se mueven pero el Ayuntamiento de Cádiz, gobernado por el PP, ya ha anunciado que en febrero se sortearán las viviendas de protección oficial proyectadas. Una medida a escasos meses de las elecciones municipales que solo generará "frustración y confusión" a los beneficiados, según ha denunciado el PSOE gaditano.

La edificación de los 171 pisos debería haber concluido en 1999
Las promotoras ya no pagan a los que desalojaron para levantar el proyecto

Las viviendas junto al cementerio se conocen en Cádiz como Los Chinchorros. Es un lugar claramente degradado por el paso del tiempo y la dejadez, donde se acumulan los restos de unas obras inconclusas. El proyecto aparecía en el anterior plan general de 1995. Las obras deberían haberse culminado en 1999.

Dos constructoras, SyC95 y Goncava, formaron la promotora Arrecife Costa Bahía. Llegaron a acuerdos con los propietarios de las casas para que se marcharan y se levantaran los nuevos edificios. Todo empezó antes de la crisis, pero la justificación ahora de la paralización es que los bancos no les conceden créditos para terminar los edificios ya comenzados.

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Este año, además, se agravó el problema de los dueños de las casas: los realojados dejaron de percibir el dinero del alquiler que las empresas se comprometieron a pagarles mientras duraran las obras de sus nuevas casas. "Hay un riesgo evidente de exclusión social y pedimos que el Ayuntamiento intervenga para evitarlo. El Consistorio debe mediar entre los vecinos y las empresas", defiende la concejal socialista Natalia Álvarez.Los vecinos realojados no son los únicos con problemas. Hay otros particulares que aspiraban a las viviendas de renta libre proyectadas en la zona. Ya han pagado más del 20% de unas casas que no pueden disfrutar. Existe una plataforma de afectados que está reuniendo sus intereses. A principios de este año, anunciaron movilizaciones pero sus ánimos se han ido desinflando a medida que la solución a sus problemas se alejaba.

Además de los pisos para realojar a los dueños de las casas existentes en la zona y de las de renta libre, también hay previstas viviendas de protección oficial. La empresa municipal Procasa tiene previstos sortearlas en febrero del año que viene. "Es un gran engaño porque se van a crear una expectativas en otros vecinos para unas casas que nadie sabe cuándo van a estar listas", denuncia Álvarez. La alcaldesa, Teófila Martínez, defendió ayer la gestión municipal en este conflicto pero se limitó a contestar que el Ayuntamiento está mediando y que el interés del grupo socialista en esta zona es una cuestión "personal".

Mientras los ladrillos duermen en Los Chinchorros, otros se han aprovechado. Varios okupas se han hecho con las casas abandonadas. Lo hacen en una zona que suma suciedad y olvido tras 10 años de espera.

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