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Crítica:DANZA | 1910. HOMENAJE A LOS BALLETS RUSOS
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Desde Diaghilev a hoy

La única compañía de danza en España que se comprometió con una celebración del centenario de los Ballets Russos de Serguei de Diaghilev fue la de Valencia, y lo hizo al estilo de otros conjuntos europeos, como Montecarlo o Lyon, encargando versiones de los ballets de principios de siglo XX a coreógrafos actuales. Con muy buen criterio, se repone el Bolero (Ravel) de Malandain, director del Ballet de Biarritz y solvente coreógrafo de oficio. Las otras tres obras fueron encargos de creación a españoles.

Cuando el programa se estrenó en Valencia la pasada primavera, aún no estaba la pieza de Oller sobre Dafnis y Cloé (Ravel), que ahora redondea la oferta, la hace más prismática, aunque el peso de la música y su gran densidad sinfónica varias veces supera con creces a la acción bailada, la opaca, rompiendo así un equilibrio que debe sostenerse siempre en el producto coreográfico. La solución escenográfica y el vestuario, de líneas simples y proyecciones sobre un telón móvil, resultan eficaces.

1910. HOMENAJE A LOS BALLETS RUSOS

Ballet de Teatres de la Generalitat. Coreografías de Ángel Rodríguez, Toni Aparisi, Ramón Oller y Thierry Malandain. Teatro de Madrid. 18 de noviembre.

Un revulsivo en París

Parade (Satie), que ya en su día fue un revulsivo en el París de aquellos tiempos, mantiene en manos de Ángel Rodríguez su voluntad contestataria, algo agresiva y rupturista y con unas dosis de humor que no faltan en el original evocado. Entre sus aciertos, doblar al personaje de la muchacha americana y llevarla a la cuerda travestí. La ínfula dadaísta que atraviesa toda la propuesta de Rodríguez compensa una música fragmentada en origen para el aforamiento de los personajes, que aquí se elude en busca de un resultado coral más presente.

El Pulcinella (Stravinski sobre temas de Pergolesi) de Aparisi se ve algo más entonada que en su estreno, pero la obra mantiene sus fallos estructurales, a pesar del empeño de la plantilla por sacarla adelante. Y es ocasión para señalar la óptima preparación del Ballet de la Generalitat, la energía bien dosificada y la disciplina que respira la compañía a lo largo de la representación, algo sin lo cual el Bolero de Malandain no habría sido el éxito que ha sido entre el público, que lo aplaudió a placer. Obra pensada y gestionada a partir del canon y el ensemble, de muy difícil ejecutoria, dejó traslucir el buen estado de ese conjunto en cuanto a técnica y proyección artística.

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