"Unos detectives y unas preguntas"
Alberto Contador minimiza la importancia del informe con el que la Agencia Mundial Antidopaje establece la falta de base científica de la teoría del solomillo
Para hallar los 50 picogramos (un picogramo es la billonésima parte de un gramo) de clembuterol que pueden echar por tierra la carrera de Alberto Contador, los químicos del laboratorio de Colonia debieron exprimir al máximo su capacidad y la de su maquinaria antidopaje en agosto pasado. Después de convertir en gas su muestra sometiéndola a una temperatura de 300 grados centígrados para separar los componentes con uno de sus 11 aparatos de cromatografía de gases, pudieron identificar con el tándem de espectrometría de masas una cantidad tan difusa del producto incriminatorio que no pudieron considerarla siquiera. Necesitaron un segundo análisis, este con cromatografía de líquidos, para identificarlo y un tercer control para confirmarlo. Fue uno de los más de 10.000 análisis de orina que llevan a cabo todos los años. Quizás, el más señalado porque se trataba de juzgar si hubo o no un caso de positivo en el último ganador del Tour de Francia.
Ante una investigación "sin rigor", el ciclista recurre a farmacólogos y fisiólogos de prestigio
No les está resultando más fácil a las autoridades ciclistas y antidopaje internacionales convertir ese análisis adverso en una prueba irrefutable de dopaje. Acompañando los datos del laboratorio de Colonia -en la séptima planta del edificio de 11 que acoge una de las mayores facultades de Ciencias del Deporte del mundo, más de 6.000 estudiantes, y que se precia de ser uno de los más sólidos de los acreditados por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA)- y para refutar la explicación del corredor, un solomillo de ternera contaminado..., para concluir su falta de base científica, la AMA, convencida de antemano de su culpabilidad, envió un informe que ayer adelantó EL PAÍS y al que Contador y sus abogados han puesto inmediatamente en solfa.
La defensa del campeón de Pinto reduce la investigación en la carnicería donde se compró el solomillo a "un informe de una agencia de detectives contratada para rastrear el origen de la carne". "Con eso no se puede determinar que la carne no estuviera contaminada", dice Contador en un comunicado; "en realidad, todo el trabajo de los detectives se limita a preguntar en la carnicería en cuestión si allí se vende carne con todas las garantías sanitarias, recibiendo la respuesta esperada, y cuáles son sus proveedores, dando también por buena la información que se les proporciona sin contrastarla. Y lo mismo hacen con algunos proveedores. En la documentación remitida tampoco consta que la AMA haya efectuado ninguna clase de análisis".
Y para contrarrestar los números de la AMA respecto al control ganadero ejercido por la Unión Europea, que no detectó más de un caso de contaminación en 2008 entre 300.000 análisis, los abogados de Contador esgrimen que de 27 millones de bovinos sacrificados en 2008 solo se buscó clembuterol en poco más de 22.000 y concluyen que "el sistema actual de control de la carne en la Unión Europea no es inquebrantable ni suficiente para detectar sospechas de fraude allí donde existan".
Para contrarrestar ante el Comité de Competición de la Federación Española un informe que, considera, "adolece de falta de rigor", el equipo de Contador está recabando de científicos de reconocido prestigio diversos informes propios. Un grupo de fisiólogos mostrará cómo una cantidad tan pequeña de clembuterol no puede tener efecto ergogénico (de mejora del rendimiento) y otro de farmacólogos informará de la farmacocinética del clembuterol, las transformaciones que sufrió durante su paso por el organismo de Contador hasta su eliminación.
El laboratorio de Colonia, infatigable, siguió trabajando sobre la orina de Contador todo el verano. El 8 de septiembre y en presencia del experto bioquímico holandés Douwe de Boer, en representación del ciclista, efectuó el contraanálisis confirmatorio en el segundo frasco que había rellenado el 21 de julio, a las siete de la tarde, en Pau. Y el 22 de septiembre entregó a la Unión Ciclista Internacional (UCI) el resultado de seis análisis repetidos más, los realizados a las orinas en los tres días previos y los tres posteriores, que ya se habían efectuado en Lausana y que mostraron, por ausencia de clembuterol en unos y por presencia menor y decreciente en otros, que solo se había producido una ingesta de la sustancia, la del día 21. Los comités correspondientes decidirán si fue en el solomillo o no.
Contador y la AMA
- Lo que dice la Agencia Mundial Antidopaje.
Tras investigar la carnicería
de Irún en la que se compró
el solomillo comido por Contador y el matadero del que provenía, no hay rastro
de clembuterol, por lo que la teoría de la carne contaminada no tiene fundamento.
El informe se apoya
en dos estudios, uno de la UE.
- Lo que dice Contador. "Con eso no se puede determinar que la carne
no estuviera contaminada.
El trabajo de los detectives se limita a preguntar.
No hay rigor".
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