Los pequeños empresarios se levantan
El poco entusiasmo que generan los tres aspirantes impulsa otra candidatura
Queda un mes para que se acabe el plazo de presentación de candidaturas a presidente de la patronal CEOE y ya se está armando el cirio. De momento, hay tres interesados en suceder a Gerardo Díaz Ferrán que lo hayan hecho público: Joan Rosell, Jesús Banegas y Santiago Herrero (según el orden cronológico). Sin embargo, resulta que ninguno de los tres despierta el entusiasmo de la gran masa empresarial del país (es decir, las pymes) y no tienen asegurada su elección. Esta situación empuja a buscar un candidato que contente a esa mayoría y haga cambiar el panorama.
En esas está un grupo de líderes de organizaciones territoriales y sectoriales, que esta semana tiene previsto reunirse en Madrid para urdir una candidatura conjunta que les aglutine a todos, que esté presidida por alguien con discurso y talante conciliador y que, por supuesto, esté dispuesto a salir a la palestra. Aunque son organizaciones pequeñas saben que, entre todos, manejan muchos votos y que pueden dar un efectivo golpe de mano.
Es el espíritu que se fraguó en la del Ox's, el restaurante madrileño en el que una veintena de dirigentes convocados por el presidente de la patronal cántabra, Miguel Mirones, quedaron con Gerardo Díaz Ferrán un día antes de que presentase la dimisión y le pusieron sus cartas sobre la mesa de lo que querían para la patronal. Entre otras cosas, le dijeron que no querían la imposición de nadie ni que apareciera en la patronal un paracaidista, en referencia a Manuel Pizarro, que ya estaba en boca de todos, impulsado por Esperanza Aguirre.
El primer golpe de vista lleva al presidente de Cepyme, Jesús Terciado, que está convocado a la prevista reunión de esta semana. Terciado, que ganó en junio pasado las alecciones a Cepyme a Jesús Bárcenas, tendría que dejar ese cargo, al que optaría el vicepresidente Antonio Garamendi (un hombre de la poderosa Confemetal). Precisamente, el impulso que le dio Díaz Ferrán se convierte ahora en una rémora que debe despejar, demostrando que no tiene nada que ver con las actuaciones de aquel. Pero Terciado es un hombre que sabe medir los retos y, aunque recibe muchas presiones, parece que solo aceptaría si tiene la seguridad de contar con los apoyos suficientes, incluyendo organizaciones grandes como Madrid o Confemetal.
De momento, Arturo Fernández, el presidente de la patronal madrileña CEIM, ha apoyado a Pizarro después de hacer de introductor de embajadores con Rosell y Banegas ante Esperanza Aguirre. Sin embargo, todavía no ha dicho la última palabra sobre la posibilidad de que él mismo se erija como solución de consenso, que, según los que le conocen, es lo que anida en su cabeza. Pero lo que el empresariado no entiende y Fernández debería tener en cuenta, es qué pinta la presidenta de la Comunidad de Madrid en esta guerra.
Por cierto, el pasado jueves, en la ejecutiva que celebró CEIM, José Miguel Guerrero (presidente del Metal de Madrid), le dijo que si no se presentaba lo haría él. Guerrero sabe que tiene pocas opciones, pero que con ello provoca a su jefe, al que no todos apoyan. En esa misma reunión, el vicepresidente Juan Pablo Lázaro, que no comulga en todo con el presidente, propuso abiertamente a Terciado.
Pero si Terciado no se presenta, parece seguro que el colectivo del Ox's buscará un candidato. Y un pacto de ese tipo cambiaría el paso a Joan Rosell, que precisamente es lo que viene predicando. Rosell, en esas circunstancias, estaría forzado a intensificar las presiones sobre Herrero para que este apoye su candidatura a cambio de ser un peso pesado en la futura patronal como primer vicepresidente. Eso exigiría que el presidente de los empresarios de Andalucía se retirase de la pelea; algo de lo que se muestra muy por la labor. Además, también podría ser tentado por otra candidatura.
En cualquier caso, para presentarse hay que ser miembro de la Asamblea General y tener 20 avales de cuatro organizaciones distintas. Luego al presidente le eligen los 819 miembros de la asamblea. Las organizaciones tienen de plazo hasta el 26 de noviembre para presentar los nombres de sus representantes. Hasta esa fecha, queda la incógnita de Pizarro, que, además de razones personales de peso, sabe que es considerado como un paracaidista y que el empeño de Aguirre no le hace ningún favor. -
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