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La Muestra de Alicante cierra con el reto de "reinventar el teatro"

El certamen, que suma ya 18 ediciones, reúne a más de 5.000 espectadores

Alicante dispone de dos referentes internacionales en la creación artística contemporánea: el Festival de Música y la Muestra de Teatro. Dos patas huérfanas de una tercera que sería un certamen de danza. Pero mientras eso se fragua en algún despacho oficial, la realidad es que el arte contemporáneo tiene una referencia obligada en Alicante, aunque la mayoría de los alicantinos lo desconozca.

Y uno de sus exponentes más destacados es la Muestra de Teatro, que durante los últimos diez días ha convertido a Alicante en un gran escenario. Un total de 27 espectáculos, cientos de espectadores, decenas de programadores, actores y autores teatrales han convivido en Alicante en la XVIII Muestra de Teatro Español de Autores Contemporáneos. "Lo que en un momento eran dudas, se fueron convirtiendo con el paso del tiempo en certezas", afirma Guillermo Heras, director de la Muestra que concluye hoy, y que ha destacado por la calidad de algunos de sus montajes y por el discurso del autor homenajeado, Ignacio Amestoy, quien hizo un alegato a favor de un teatro "sin miedos".

Heras: "El teatro contemporáneo no necesita oropel, sino buenos textos"

La Muestra alcanza la mayoría de edad, y una de las claves de su éxito es precisamente que el equipo que la creó se mantiene. "Su trayectoria ha sido modesta pero perdurable en el tiempo, y continua", asegura Marisol Limiñana, directora del Teatre Arniches.

El director de la muestra, Guillermo Heras, recuerda cómo hace 18 años, en 1993, la Diputación de Alicante, a través del entonces diputado de Cultura Antonio Amorós, le pidió diseñar un festival de teatro en Alicante. Heras, en aquella época director del Centro Nacional de Nuevas Tendencias Artísticas, pensó en una semana de autor, pero luego optó por una muestra de autores vivos que tuvieran obras en cartel. "Tuvimos suerte, porque al igual que ahora, todas las administraciones eran del mismo signo político. Entonces arrancó la Diputación, pero se sumaron enseguida el Ayuntamiento y el Ministerio", rememora Heras.

En Alicante han sido homenajeados los grandes nombres de la escena, desde Antonio Buero Vallejo (que fue el primero) hasta Juan Mayorga, entre otros muchos. La constitución de un patronato permitió garantizar las subvenciones nominativas del ministerio, que cada año aportaba unos 250.000 euros a la Muestra, pero con la actual crisis se han reducido a 218.000.

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Heras, con el paso del tiempo, agradece que Alicante se haya "fortalecido" en cuanto a infraestructuras culturales. Cuando empezaron había un viejo teatro Arniches, un aula de la CAM por adecuar y un paraninfo universitario obsoleto. Y ahora se han modernizado todos estos espacios y, además, se incorporan nuevos, como Las Cigarreras, la antigua fábrica de tabacos. Heras confiesa que una de sus frustraciones es "no poder coproducir" montajes por falta de presupuesto.

La Muestra es un gran escaparate de lo que las compañías estrenan cada año, y eso entraña cierto riesgo: hay años de buenos textos y excelentes montajes y otros más discretos. "Lo más importante es que el público alicantino puede ver autores contemporáneos, algo que de otra forma sería difícil", admite María Dolores Padilla, directora del Teatro Principal de Alicante. La Muestra, además, ofrece diversidad de estilos y tendencias. La evolución en cifras de este certamen confirma su éxito. En la primera edición, en 1993, hubo solo 12 espectáculos y unos 2.000 espectadores. A partir de la sexta edición se superaron los 5.000 espectadores y se duplicó el número de espectáculos. El año pasado más de 5.600 personas acudieron a taquilla para ver algunos de los 26 montajes programados en diez días.

Ahora el presupuesto del certamen es de 318.000 euros, casi 100.000 euros menos que la pasada edición. Pese a ello, con oficio y talento, se ha logrado diseñar una programación que ha logrado "reconciliarse con el público", admite Limiñana, quien observa que en esta edición se ha generado un debate tras cada representación.

Ahora el reto para Heras es la "sostenibilidad de la producción". "La crisis es dura, hay que reinventar el teatro. La suerte que tenemos es que no necesitamos oropel, ni escenografías, hay que potenciar los buenos textos y los autores", apunta Heras a modo de conclusión y pensando ya en la edición del año próximo.

Representación de una de las obras de la Muestra de Teatro en la Explanada de Alicante.
Representación de una de las obras de la Muestra de Teatro en la Explanada de Alicante.PEPE OLIVARES

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