Corbacho desembarca en la zona cero del paro

Los socialistas catalanes arrancaron ayer la campaña para mantenerse en la Generalitat el día 28 con un clásico: paseo por un mercadillo matinal. Eligieron el del barrio de Bellvitge, en L'Hospitalet, uno de sus feudos en el cinturón de Barcelona. Y alinearon al ex ministro Celestino Corbacho, que fue alcalde de la población durante 14 años. El alcalde, como siguen llamándole, se llevó abrazos, pero también aguantó reproches por la reforma laboral que impulsó desde el Ministerio de Trabajo.

L'Hospitalet tiene un 25% de paro, por encima de la media catalana (17,4%) y los ánimos no estaban para salir en la tele saludando a un político. Fuera del foco se escucharon frases como "se nota que viene elecciones", "¡A ver si venís con trabajo!", o "Yo no quiero el voto, ¡para tirarlo!". Varios vecinos se acercaron a Corbacho para exponerle su situación laboral. "El pobre también pilló mala época de ministro", le disculpó un vecino. El Partit dels Socialistes admite que la cosa está mal, pero insiste en que ellos son la "garantía de los derechos sociales". Ese es el lema de campaña y con visitas como ésta quieren movilizar al electorado.