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Los 'Guardianes' oxidados de Mascaró llegan por fin a Valencia

Caja Madrid patrocina una exposición del escultor en el IVAM

Con un par de años de retraso, pero los gigantes oxidados ya están en Valencia, la ciudad pensada para ellos por Xavier Mascaró (París, 1965). "Los guardianes los fundí con el deseo oculto de exponerlos aquí antes que en ningún sitio", aseguró ayer el escultor, que también explicó que vivió en Valencia entre los 7 y los 13 años. Sin embargo, para ver los nueve colosos rojos, mitad guerreros, mitad budas, que embellecen ahora con sus tres metros de altura la explanada del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) han tenido que peregrinar primero por los jardines del Palais Royal de París y por las ciudades de Sevilla, Málaga y Madrid.

Pero los guardianes, que también se muestran bajo techado en todos los tamaños, desde el gigantesco músico del hall del IVAM hasta las decenas de meditabundos multitalla que pueblan la sala Pinazo, no vienen solos. Para la exposición Xavier Mascaró. Eterno retorno, patrocinada por Caja Madrid, el escultor también ha traído a Valencia otra de sus obsesiones creativas, sus barcas. Y decenas de ellas, en la instalación denominada Departure, se aprestan permanentemente a iniciar un viaje desde su inmóvil y sugestiva presencia. Lo mismo la gigantesca barca varada en el exterior del IVAM, casi un pecio despojado del mar.

Se impregnan, sus barcas, de mitos universales, de Caronte a las pateras

¿Por qué guardianes, tan iguales y distintos a la vez? ¿Por qué tantas barcas, cargadas en sus variadas formas de la misma simbología? "Cuando haces una escultura siempre piensas que va a ser definitiva", explicó ayer, sobre esta aparente obsesión, el escultor, que se refirió al proceso de creación con la palabra "evolución". Y añadió que esa repetición muta el concepto de la escultura: "El hecho de repetir una imagen lo que hace es diluir el significado concreto de la obra, cuando las ves como una secuencia el género se diluye". Por eso, los guardianes significan para él "el deseo de permanencia" del hombre, que se traduce en una obra, en los hijos o en un logro. Y las barcas, que se impregnan de mitos universales, desde la barca de Caronte y los fenicios hasta las pateras en el Estrecho, en resumen, van de otra cosa: "Hablan del tránsito". ¿Y oxidadas? "Porque están vivas". De nuevo el concepto de evolución. En cuanto a las distintas escalas, explicó que mientras las obras gigantes invitan a pasear entre ellas y obligan a alejarse para comprenderlas, las pequeñas requieren intimidad.

A la inauguración de la muestra asistió el presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato, junto a la directora del IVAM, Consuelo Ciscar, y el escultor. A la velada se unieron el presidente Francisco Camps, los consejeros Rafael Blasco, Manuel Cervera y Trini Miró, la alcaldesa Rita Barberá, el presidente de Bancaja, José Luis Olivas y numerosos representantes del sector económico valenciano.

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