Greenspan equipara a EE UU con China en la estrategia de devaluar sus divisas
Con amigos así, quién quiere enemigos. El ex presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, eligió el inicio de la cumbre del G-20 para posicionarse sobre la guerra de divisas. Y su opinión, publicada en un artículo por el diario Financial Times, no dejó en buen lugar a su sucesor al frente de la Fed, Ben Bernanke, ni a la Administración de Obama, justo cuando afronta duras críticas de otros países del foro. En el artículo, Greenspan equipara a EE UU y China por sus políticas para debilitar el valor de su moneda y ganar así ventaja comercial sobre el resto de países.
"China todavía no ha asumido las obligaciones que implica su estatus económico", indicó el ex presidente de la Reserva Federal, quien aun así valoró la "apreciación modesta" del yuan permitida por el gigante asiático desde finales de junio. "Estados Unidos está también desarrollando una política para debilitar su moneda", dijo en referencia al estímulo monetario recién aprobado por la Fed. "El resto del mundo considera esto como una desventaja competitiva", sentencia en el artículo.
Las palabras de Greenspan no fueron precisamente bien recibidas por la Administración estadounidense. "Nunca usaríamos la devaluación del dólar para ganar ventaja competitiva o impulsar el crecimiento a costa de otros", aseguró el secretario del Tesoro de EE UU, Timothy Geithner, en una entrevista con la televisión estadounidense CNBC.
Geithner, quien obvió que la decisión de la Fed para estimular la economía ha tenido precisamente el efecto de devaluar el dólar, mantuvo la presión sobre China. "Hay confianza en un crecimiento chino fuerte, la presión del mercado se acabará imponiendo", sostuvo el dirigente estadounidense. Los datos vinieron en auxilio de su argumentación. Según se supo ayer, en octubre, la inflación china llegó al 4,4%, un máximo en los dos últimos años. Y esta misma semana, Pekín ha obligado a los bancos a aumentar sus reservas para limitar el crédito y evitar la formación de burbujas de activos.
"Si no hay apreciación del yuan, esto acabará en un incremento de los precios de los activos y de la inflación, y eso será malo para China", concluyó Geithner. El asunto se trató en la reunión bilateral que celebraron el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el líder chino, Hu Jintao, aunque la tensión no afloró a las declaraciones públicas. "Estamos haciendo progresos", dijo Obama a los periodistas, "los dos países tenemos el deber de asegurar un crecimiento mundial sostenido".
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