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Reportaje:

"No debo ser espectacular"

Khedira no destaca por nada, pero contribuye con orden y prudencia al buen juego del Madrid

Diego Torres

Ni avión privado ni chófer. Dicen que Sami Khedira (Stuttgart, 1987) acude a las convocatorias de la selección alemana en German Wings, una aerolínea de bajo coste. El hombre es discreto. Es el justo medio. Ni avaro ni pródigo. Ni excesivo ni tímido. Oscila entre indicadores de moderación. No se destaca por nada y se siente indignado cuando alguien le recuerda que pasa inadvertido. Dice que precisamente en eso consiste su labor. "Puede que no sea tan espectacular como en el Stuttgart, pero ahora mi deber es no serlo", sostiene; "la gente se cree que el Madrid me ha fichado para dar asistencias y meter goles. Pero ahora tengo que cambiar. Debo ser menos impetuoso. Jugar con inteligencia. Aquí, mi función es estar bien colocado atrás, dar equilibrio y repartir el balón con limpieza. Me lo dijo Mourinho y es verdad. Los mejores jugadores del mundo en mi posición se comportan así".

"He de ser menos impetuoso, jugar con inteligencia, estar bien colocado atrás"
"Mourinho habla mucho conmigo. Desde el comienzo, me hizo sentir importante"

José Mourinho cree fervientemente que necesita alguien que haga las labores de limpieza y mantenimiento. Para eso se fijó en Khedira, que contra el Atlético mereció sus elogios. El técnico portugués está satisfecho con el mediocentro y sus compañeros también. Dicen que es disciplinado. "Es alemán", dan fe. Le agradecen las distancias que recorre, su despliegue de fondista y su sentido del orden. Es raro que pierda la posición y administra sus recursos con prudencia y sencillez. Últimamente, además, ha mejorado la precisión de sus pases, con lo cual participa en las jugadas sin romper el ritmo ni perder la pelota en zonas comprometedoras. Pero, sobre todo, sus colegas advierten que se ha beneficiado de la colaboración de los delanteros en la defensa y del buen trabajo de la línea de cobertura. El equipo no se parte y los mediocentros lo agradecen.

Khedira es la imagen de la corrección. Elegante, bien educado, políglota, gentil y cauto para todo. Se mide tanto que nunca le sobra nada. Contra el Atlético dio 40 pases buenos: estuvo tan lejos del jugador más productivo (Xabi Alonso, con 73) como del que menos (Higuaín, con 16). En cuanto a los robos del balón, otra de sus funciones, se observa lo mismo: recuperó cinco, lejos del más anticipador (Carvalho se llevó 15) y del menos quitador (Di María, uno). En la participación en las jugadas persistió en su moderación: intervino en 34 maniobras colectivas, un poco más que el que menos lo hizo (Higuaín, con 29) y lejos de la capacidad asociativa del más implicado (Alonso, que se metió en 59).

En la comparación con Alonso, el papel de Khedira se revela como el de un acompañante. El alemán es a Alonso lo que Redondo comentó de Makelele: "¡Qué buena rueda de auxilio!". Pero en el fútbol no siempre triunfan los más dotados. Khedira sabe que el éxito se lo suelen llevar los que administran con más acierto las dotes limitadas. Lass, que compitió por su puesto, ha demostrado tener más recursos que él, pero no ha sabido asumir su rol auxiliar. Khedira tiene su orgullo y en los medios de comunicación de su país no ha dejado de repetir que él no es un mero acompañante de Özil. Sin embargo, también ha admitido su misión con un realismo impropio en un joven de 23 años. "Este es otro fútbol", dijo en la revista Kicker; "en el Stuttgart tenía más libertad para irme al ataque. En el Madrid esto solo ocurrió cuando nos enfrentamos a equipos que no nos atacaron".

Mourinho andaba buscando un fontanero cuando le llamó, después de la Copa del Mundo de Sudáfrica. "No necesitó ni 15 minutos para convencerme de que tenía que fichar por el Madrid", recordó el jugador de su conversación telefónica con el entrenador. El Madrid pagó 14 millones de euros por el traspaso. Después de firmar su contrato, invitó a sus amigos al museo del estadio Bernabéu. Repasó los trofeos. Contempló su rostro reflejado en la vajilla de plata. "Te das cuenta enseguida de que formas parte de un mito", dijo.

Khedira está fascinado con el club y sus alrededores. "En el vestuario, los compañeros me han dado un trato muy humano y respetuoso", destaca siempre; "Mourinho habla mucho conmigo porque ocupo un lugar central en el campo. Desde el comienzo, me hizo sentir importante. Nunca tuve la sensación de que venía al Madrid a jugar cinco minutos por partido. Ahora tengo la certeza de que es el mejor entrenador. Cristiano Ronaldo también se portó muy bien. Me ofreció inmediatamente su ayuda. Me aconsejó sobre los restaurantes a los que ir".

Khedira, en un remate ante De Gea durante el derbi Madrid-Atlético del domingo pasado.
Khedira, en un remate ante De Gea durante el derbi Madrid-Atlético del domingo pasado.EFE

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Sobre la firma

Diego Torres
Es licenciado en Derecho, máster en Periodismo por la UAM, especializado en información de Deportes desde que comenzó a trabajar para El País en el verano de 1997. Ha cubierto cinco Juegos Olímpicos, cinco Mundiales de Fútbol y seis Eurocopas.

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