A estrujarse la cabeza
Prohibidos los entrenamientos privados, Ferrari estudia en su sede de Maranello cómo mejorar el coche de Alonso ante la cita de Abu Dabi
Puede que el resultado del Gran Premio de Brasil de fórmula 1 indujera al pesimismo a algunos miembros de Ferrari. La superioridad demostrada por los dos Red Bull hace intuir que la carrera de Abu Dabi, la que va a decidir finalmente el título mundial de pilotos, puede convertirse en un nuevo recital de los monoplazas de la bebida energética. Sin embargo, cuando abandonó el pit-lane tras la carrera de Interlagos, Stefano Domenicali no parecía excesivamente afectado. Más bien, todo lo contrario. Estaba contento. El descalabro habría podido ser mucho mayor si Mark Webber hubiera ganado. De haber sido así, el australiano estaría a solo un punto de Fernando Alonso y a Ferrari únicamente le valdría la victoria en la próxima cita. Ahora, en cambio, Alonso lidera el Mundial con ocho puntos sobre Webber y con 15 sobre el alemán Sebastian Vettel. El español ha pasado a ser el único que depende de sí mismo: le basta con ganar, ser segundo si se impone Webber y hasta cuarto si lo hace Vettel.
"Cada uno debe dar el 100% o más", avisa Domenicali, el director de la escudería
"Sabemos que no será una empresa fácil asegurar el título de Alonso", reconoció Domenicali; "nuestros principales rivales son durísimos y lo han demostrado ya a lo largo del campeonato y especialmente en Brasil. Por tanto, estamos ante una semana crucial. Somos conscientes de lo que debemos hacer y pondremos todas nuestras armas para conseguirlo. Cada uno de nosotros sabe que debe dar el ciento por ciento de sí mismo e incluso un poco más".
Tradicionalmente, Ferrari no escatima medios para afrontar una situación de este tipo. El dinero le cae a raudales al equipo para que nada falle. Pero ahora, con la prohibición de los entrenamientos privados, el único recurso de los de Maranello es estrujarse la cabeza buscando soluciones aerodinámicas que puedan aportar esas décimas de segundo que le faltan a Alonso para estar delante de los Red Bull, probar estos avances en el potente y preciso simulador del que disponen y esperar que los resultados obtenidos en el mismo se confirmen el viernes en los entrenamientos libres de Abu Dabi.
Mientras los coches vuelan directamente al emirato, el equipo permanecerá concentrado hasta el miércoles en la sede de Maranello. Habrá trabajo a destajo. "Lo haremos todo para llevarnos este título a casa", afirmó Chris Dyer, el jefe de ingenieros de pista; "Fernando ha estado impecable en la carrera y no vamos a fallarle. Nuestro objetivo era llegar a la última carrera con posibilidades de ganar el título y lideramos la clasificación. Seguramente, será una tarea complicada, pero lo daremos todo".
Luca Cordero di Montezemolo, el presidente de Ferrari, llamó al equipo para felicitarle y estará con sus técnicos en fábrica para darles moral y contribuir, con su apoyo, al desarrollo de las últimas tareas que deben convertir el F10 en un coche mejor que el RB6.
"Estoy convencido al ciento por ciento de que ganaremos el título", afirma Alonso mientras tanto; "solo necesito acabar segundo, sin importarme quién gane. Por tanto, nuestro objetivo será el mismo de siempre: hacer la pole position el sábado y ganar la carrera el domingo. Y, si no podemos lograr eso, acabar segundos. En Interlagos, el F10 funcionó perfectamente y nuestro ritmo de vuelta era una o dos décimas superior al de los Red Bull. Por tanto, si no hubiera perdido tanto tiempo en adelantar a Hamilton y Hulkenberg, habría podido luchar con Vettel y Webber. Y en Abu Dabi solo podemos mejorar".
Sin embargo, lo que no puede permitir Alonso bajo ningún concepto es que los dos Red Bull se larguen desde las primeras vueltas y él quede relegado al tercer puesto. En esta situación, el peligro de perder el título sería inminente. Porque, a estas alturas y después de la puerta que Vettel abrió a la especulación, nadie se cree que el alemán no le cediera la victoria a Webber a pesar de que no se soportan. "Todos sabemos lo que debemos hacer. Lo que haga dependerá de cómo estén ellos dos en las últimas vueltas", comentó Vettel. En este hipotético caso, Vettel no lograría el título ganando, pero se lo daría a su compañero cediéndole la victoria y acabando segundo. El propio Christian Horner, el director de Red Bull, insistió en que el equipo no había dado órdenes todo el año y que no va a hacerlo "ahora", pero ya nadie se lo cree.
Aunque hay técnicos en el paddock que piensan que Abu Dabi es un circuito que puede irles mejor a los Ferrari que a los Red Bull, lo cierto es que en 2009, en la primera carrera que se disputó en él, la victoria fue para Vettel y el segundo puesto para Webber. El podio lo completó Lewis Hamilton. Los Ferrari no existieron: Kimi Raikkonen no entró en los puntos y Giancarlo Fisichella mucho menos. Alonso, por su parte, acabó 14º. Pero en aquel momento los de Maranello ya no estaban pensando más que en el coche de este año y el finlandés ya sabía que sería despedido. Ahora, la historia es muy distinta. Alonso está en Ferrari y el equipo se vuelca con él sabiendo que, con este último esfuerzo, tal vez pueda asegurarle el título y convertirle en el cuarto piloto de la marca que se corona en su primer año. Antes lo hicieron solo Juan Manuel Fangio en 1956, Jody Scheckter en 1979 y Raikkonen en 2007.
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