Ni el Serengueti se salva del ladrillo
El Gobierno de Tanzania insiste en atravesar el parque con una carretera pese a las críticas de la Unesco
El parque natural del Serengueti, en Tanzania, que anualmente cruzan dos millones de cebras y ñus hacia Kenia, está amenazado. El plan del Gobierno tanzano de construir una carretera que secciona el parque natural ha disparado las alarmas de la comunidad científica y conservacionista internacional, ya que a amenaza la mayor migración de mamíferos del mundo y uno de los espectáculos más icónicos del continente.
La Unesco ha sugerido que, de construirse la carretera, la situación del Serengueti definida como patrimonio de la humanidad desde 1981 estaría en peligro. Tanzania, pese a la oposición, sigue con su plan, aunque decidirá su viabilidad después de que dos equipos separados de técnicos hayan finalizado sendos estudios de impacto ambiental y económico.
"La gente de la zona conservó el parque, no los de fuera", dice un alto cargo
La carretera se ha convertido así ahora en un problema para el gobierno del presidente Jakaya Kikwete: por un lado se comprometió a ella durante su campaña electoral, pero por otro da al traste con su buena imagen internacional como defensor del medio ambiente y, a la vez, con la de Tanzania como paraíso turístico de conservación natural.
La carretera, que uniría en 2012 Arusha con Musoma y pasaría por las comunidades más pobres y aisladas del norte, forma parte del plan del Gobierno de Kikwete para que todos los distritos del país estén conectados por carretera. Pese a que el presidente asegura que el tramo que discurra por el parque (en su zona más estrecha, de 53 kilómetros) sería sin asfaltar y no alteraría la impresionante migración anual de Tanzania a Kenia de cebras, ñus y otros ungulados que en primavera van en busca de nuevas pasturas y agua, varios científicos y organizaciones conservacionistas discrepan y condenan el plan.
La Sociedad Zoológica de Fráncfort (SZF), una de las primeras en dar la voz de alarma, asegura comprender el plan del Gobierno para desarrollar zonas rurales empobrecidas -"y sobre el mapa, la carretera tiene lógica puesto que une directamente las poblaciones alrededor del Serengueti"- pero discrepa de la forma. "Creemos sinceramente que tendrá efectos desastrosos en el ecosistema entero", dicen en su informe sobre el proyecto. De entorpecerse la migración de los antílopes a la zona norte y al adyacente parque Masaai Mara, en Kenia, la SZF ha calculado que la población de ñus podría reducirse hasta solo 200.000 ejemplares (de 1,3 millones actuales), lo que también tendría consecuencias para los grandes felinos, sus predadores naturales.
El impacto de grandes camiones pasando a gran velocidad supondría el atropello de animales y accidentes, con la consiguiente necesidad de vallar una vía que, además, podría convertirse en muy transitada como eje comercial entre los puertos kenianos y tanzanos y las ciudades centroafricanas, con el peligro además de entrada en el parque natural, uno de los más grandes del continente (del tamaño de Francia y Alemania juntas), de plantas invasivas o enfermedades en caso de transporte de ganado. La facilidad de acceso para cazadores furtivos también es otra preocupación.
La SZF es una de las organizaciones que propone una ruta alternativa por el sur y recuerda que Tanzania ha sido siempre líder en conservación de la biodiversidad, con gran cantidad de su territorio bajo protección. La ruta sur, que conectaría a un mayor número de habitantes, se ha convertido en la opción que las asociaciones conservacionistas y la Unesco piden que el Gobierno estudie.
"Estamos analizando todas las alternativas", explica Ephraim Mrema, director general de Tanroads, la compañía nacional de carreteras, "y claro que la opción sur conectaría a más gente, ¡también si la hacemos pasar por Mozambique y Suazilandia conectaría a más gente! Pero todas las regiones deben estar conectadas, sin excepción, la gente en la zona norte necesita desarrollo, llegar al hospital, ir a la escuela y a los mercados. Estudiaremos las opciones y la que sea más económica y con el menor daño ecológico posible será la que se asuma. Hay que recordar que es la población que vive cerca del parque la que lo ha custodiado, no aquellos que dicen estar preocupados desde París y Londres, que vienen al Serengueti a llevarse un recuerdo, sin ponerse en la piel de los que viven cerca del parque sin medios".
Mrema recuerda que la construcción de infraestructuras es una de las prioridades del Gobierno en su Plan de Visión para 2025, "que pretende estar en línea con los Objetivos del Milenio". Es por ello que el African Wildlife Foundation (AWF) sugiere añadir a la ruta sur dos carreteras para las poblaciones del norte y permitir el paso restringido por el parque en un camino de tierra que permanecería bajo gestión del Serengueti (se cobraría por entrar, se impediría circular de noche, regularía la velocidad), "pero la ruta sur debería construirse primero antes de hacer las del norte, para que el tráfico más pesado estableciera su ruta antes", explica desde Nairobi, Patrick Bergin, responsable de AWF. Bergin cree que además del daño con el que se amenaza a la diversidad del parque natural, la sola idea de la construcción de la carretera "ha dañado la imagen y la marca del Serengueti, algo precioso que solo Tanzania tiene". Cada año, unos 100.000 turistas acuden al parque, atraídos principalmente por la gran migración. El turismo emplea a más de medio millón de tanzanos. Los operadores turísticos también han expresado su preocupación por la carretera.
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