El Guggenheim muestra el influjo de la fotografía en el arte contemporáneo

Un cuadro realizado por Robert Rauschenberg en 1963 presenta, serigrafiada sobre el lienzo, una fotografía de Merce Cunningham danzando sobre el escenario. La artista inglesa Tacita Dean montó en 2007 una instalación con seis proyecciones en las que las imágenes muestran a Cunninghan, ya octogenario, sentado en una silla. Las dos obras en las que figura el bailarín y coreógrafo estadounidense marcan el arranque y el cierre de la exposición Haunted: fotografía-vídeo-performance contemporáneos, en la que el Museo Guggenheim ha reunido obras que reflejan el influjo de la imaginería fotográfica en los distintos formatos de obras de arte.

Entre una y otra, desde el Rauschenberg pionero en la incorporación de la fotografía y de los procedimientos mecánicos a sus cuadros al recién adaptado montaje de Dean, hay cinco décadas de distancia y un centenar de obras, y, como revela su título (haunted, en inglés embrujado) el afán de mostrar el embrujo que la fotografía ejerce sobre los artistas contemporáneos como medio para acceder al pasado.

La exposición reúne un centenar de obras realizadas desde 1963

La fotografía, entienden los comisarios de la exposición, los conservadores de Fotografía del Guggenheim de Nueva York Jenninfer Blessing y Nat Trotman, no es una copia de la realidad, sino "un vivo rastro de la experiencia". Su búsqueda del "fantasma de la fotografía", la huella en el presente de lo que quedó grabado del pasado, en las colecciones Guggenheim les ha permitido seleccionar obras de más de medio centenar de artistas. Los nombres de las décadas de los sesenta y setenta del siglo XX, como Warhol o Rauschenberg, dan paso a obras de reciente adquisición firmadas por Richard Prince, Cindy Shermann, Sophie Calle, Hiroshi Sugimoto o Marina Abramovic, entre otros, y a la creación de artistas jóvenes a partir de 2001.

"Gran parte de la fotografía y el vídeo contemporáneos parecen embrujados por el pasado, por la historia del arte, por apariciones que cobran vida en los medios de reproducción, en performances en directo y en el mundo virtual", explica Blessing. Son obras, añade la comisaria, que encarnan "un anhelo melancólico por un pasado irrecuperable". En muchas ocasiones, la añoranza del pasado va más allá de la temática y se plasma en el uso de tecnologías obsoletas, como los anticuados proyectores de diapositivas.

El recorrido por la exposición se ha organizado en bloques temáticos. La muestra se acerca a la forma en la que los artistas se han apropiado de imágenes fotográficas de los medios de comunicación con intención de ofrecer información o documentar el momento histórico, pero también para dejar constancia a través de la fotografía, el cine o el vídeo de obras efímeras o de momentos singulares de la experiencia personal. Las piezas también plasman paisajes y huellas del paso del tiempo sobre la arquitectura.

Haunted: fotografía-vídeo-performance contemporáneos se inauguró ayer en Bilbao, después de su paso por el Guggenheim de Nueva York. La exposición permanecerá abierta hasta el 13 de marzo de 2011 e incluye trabajos que no formaron parte de la presentación anterior. Entre ellas figura una serie de la artista cubana Ana Mendieta, videoinstalaciones del argelino Philippe Parreno y cuatro fotos de gran formato realizadas por Jeff Wall por encargo del Guggenheim Berlín.