"Somos muy luchones y entrones"
Las balaceras son constantes. La cifra de muertos es tan brutal que da pudor escribirla. Hay secuestros a diario. La extorsión se ha generalizado. Pero también hay ganas de que cambie. "Ciudad Juárez tiene muchos retos. Pero es una ciudad de oportunidades. Es un laboratorio social y tenemos que aprovechar que el mundo nos mira para tratar de que las cosas mejoren". Karen Yarza (México DF, 1973) es práctica. No tiene tiempo que perder. En una hora no probará ni un bocado del surtido de pinchos fríos que nos han servido en el descanso de la jornada de la Fundación Bertelsmann en la que participa. Está en Barcelona para difundir el trabajo de la Fundación Comunitaria de la Frontera Norte. Es su directora.
Esta agitadora impulsa proyectos para recuperar la vida en Ciudad Juárez
Con la dulzura y los diminutivos del deje mexicano, que contrasta con la frialdad de la sala de reuniones donde deberíamos estar comiendo, suelta: "Trabajamos con, sin o a pesar del Gobierno". Frontera Norte impulsa "grupos de base", analiza la viabilidad de sus proyectos, les capacita, consigue fondos, los reparte, evalúa los trabajos y vuelta a empezar. Llevan 131 proyectos en cuatro años. Han involucrado a 1.500 voluntarios, han beneficiado a 60.000 personas y siguen en marcha. Sin ayuda. ¿Voluntarios en el caos? "Somos muy luchones y entrones". ¿Entrones? "Le entramos al toro y luchamos por lo que teníamos: una ciudad que no es bonita, pero está llena de vida y gente honesta, porque todo el mundo acaba de llegar y se ayuda". La situación de guerra se ha extendido tanto que "la gente ha sacado coraje y se ha rebelado". ¿No comerás nada?, pregunto una decena de veces. Un gesto como de "no, gracias" es la repetida respuesta. Los pinchos están helados.
Yarza no esquiva los indicadores que han convertido la ciudad en una de las más peligrosas del planeta. "Sí. Cuando uno cree que no se puede poner peor, se pone. Y no solo es el narco, es la falta de infraestructuras, de recursos públicos, la crisis de las maquilas... es un dragón con mil cabezas". Pero se esfuerza en ver el lado bueno. Con ejemplos. Organizó un concurso de rap entre pandillas. "Mientras cantan no se matan". Consiguió que chavos de 15 años montaran un comedor para los niños de su colonia. "Si no desayunaban no atendían en clase". Otro muy padre: unas vecinas que montaron una escuela en uno de los barrios con más mujeres desaparecidas. "Una sabía coser, otra arreglar manos, otra cocinar. Algunas llevaban años sin salir de casa y solo de llamarse maestras su autoestima mejoró. La repercusión de la escuela en su entorno fue brutal". Lo que es brutal es que la fundación la lleven solo tres personas. Definitivamente, no comerá. La bandeja está casi llena. Hay narraciones que también alimentan.
Lo de Yarza con Ciudad Juárez cuesta entenderlo. Nació en la capital, "el DF", pero de pequeña su familia se mudó a Chihuahua, de donde es su padre, piloto. "En Chihuahua nos aburríamos y cambiamos a Ciudad Juárez". Ella estudió Comercio en Monterrey y al graduarse su familia se había trasladado a Cancún. No quiso ir. Lo suyo es la frontera. No se planteó dejarla ni al tener hijos. Tres y seis años. "No les sacamos de casa más que para ir a la escuela y tratamos de que no estén expuestos a las noticias. No sé si hago bien. Mientras sean chiquitos les podremos entretener... Nos hemos acostumbrado a vivir así. Eso sí que da miedo".
El fin de semana siguiente al almuerzo hubo 35 muertos.
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