_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

El suicidio del 'botellón'

No creo que el botellón se haya esfumado por la acción policial ni por las prohibiciones de la autoridad. Simplemente se ha matado a sí mismo. Lo han abandonado sus habituales, hartos de vomitonas, cacas, micciones por doquier, imbéciles que no saben beber y coñazos insoportables de esos que te dan los borrachos y los colocados locuaces. La mayoría de los jóvenes que se acercaban por allí lo hacían por curiosidad y porque salía más barato beber y cantar. Por otra parte, es intolerable que algunas personas mayores identificaran a la juventud con el dichoso botellón.

Parece que ahora se lleva botellín: reuniones al aire libre de grupitos de colegas bien avenidos que charlan tranquilamente, beben, hacen unas risas y luego se va cada mochuelo a su olivo. Se acabó el desdichado botellón, de igual modo que antes lo había hecho su madre, la golfa litrona de nuestra juventud.

Ahora se llevan las reuniones al aire libre de grupitos de colegas

Se dice por ahí que ahora se bebe mucho más en Madrid. Mire usted, lo que se bebe ahora es una broma comparado con lo que se bebía en pleno siglo XVIII, en plena Ilustración. Un desmesurado discípulo de Quevedo, el salmantino Diego de Torres Villarroel, en su obra Visiones y visitas de Torres con don Francisco de Quevedo por la Corte, dice así: "Nuestro tiempo es tan infeliz que bendicen a Noé tan afectuosas las mujeres como los hombres. En nuestra era los infantes se crían a los pechos de las cubas, los jóvenes repiten el vino como el agua, y las mujeres lo cuelan como chocolate. Así se demandan los antojos del animal, así se desenfrena el apetito, así son más intensos los ardores de la carne".

Seguro que no era para tanto, don Diego, pero cuando usted lo dice por algo será. Desde luego, le aseguro que ahora los jóvenes no beben tanta agua. La cerveza es otra cosa. Dicen que la juventud actual permanece estática ante lo que ocurre en el mundo. No se lo crea usted. La juventud está expectante ante lo que le espera a corto y medio plazo.

Madrid ha cambiado mucho, creo que para bien. Al menos se erige una estatua en el Retiro a Miguel Delibes y se dedicará una calle al gran Marcelino Camacho, que se nos fue el otro día.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_