Construir, no destruir

La diáspora gitana de Francia por medidas que huelen a xenofobia únicamente se entienden por cuestiones económicas. Es decir, si antes de 2008 la población gitana formaba parte de la población activa necesaria para sustentar el país y ahora se consideran lastres, innecesarios focos de marginalidad y parásitos que esquilman el ya mermado erario nacional, ¿qué ha pasado?

El caso alemán cae en razones culturales para hacer un baremo del grado de alemanidad necesario para considerarse un alemán de pro. Y así se están multiplicando los casos de racismo y xenofobia por toda la UE que habían permanecido latentes desde tiempo inmemorial.

Considero necesario un cierto rigor a la hora de conceder nacionalidades, en concreto la española. Es fundamental que los inmigrantes conozcan, comprendan y respeten las leyes y la cultura del país a donde llegan, así como los países de acogida de los inmigrantes deben ser tolerantes con las culturas recién llegadas que no hacen más que enriquecer el patrimonio cultural de los países.

Pero en ningún caso es justificable cualquier tipo de violencia por parte de ninguno de los dos. Se trata de construir juntos esta sociedad, no de destruirla confrontados.