Desarticulada la cantera de ETA tras el mayor golpe en pleno alto el fuego
14 arrestos evitan la reconstrucción de Segi, desmantelada ya en noviembre
La acción policial descartó ayer cualquier cambio en la política antiterrorista del Gobierno. Un espectacular dispositivo del Cuerpo Nacional de Policía, en el que tomaron parte más de 300 agentes, permitió descabezar la organización juvenil ilegalizada Segi, considerada la cantera de ETA, por segunda vez en menos de un año. En total, se practicaron 14 detenciones en el País Vasco, Navarra y Cataluña, y varios registros, en los que se aprehendieron 36.000 euros y material para fabricar artefactos incendiarios. Se trata de la mayor operación contra el entramado de la banda armada desde que el 5 de septiembre declaró su cese de acciones "ofensivas".
En su primera comparecencia como nuevo portavoz del Ejecutivo, Alfredo Pérez Rubalcaba explicó que los arrestados pretendían "articular una nueva dirección" de Segi, la estructura que permite la "regeneración" del tejido militante de ETA a través del adoctrinamiento y la iniciación a la violencia. Interior considera que la organización ilegalizada mantenía una "total identificación con los postulados más radicales del entramado criminal" y que sus integrantes percibían la violencia como "un instrumento necesario e irrenunciable".
Interior asegura que los detenidos creen "irrenunciable" el uso de la violencia
Dirigido por el juez de la Audiencia Nacional Fernando Grande-Marlaska, el dispositivo se centró en Euskadi. Cinco de las detenciones se practicaron en Vizcaya, dos en Guipúzcoa y una en Álava. Otras cinco se registraron en Navarra y la restante en Barcelona, aunque de forma casual. Todos los acusados tienen entre 20 y 29 años. Sobre el historial delictivo de algunos de ellos pesaban ya varios actos de kale borroka.
Segi ya fue descabezada en noviembre del año pasado, gracias a una macro-operación policial que permitió el arresto de 35 personas. En lo que va de tregua, además, las fuerzas de seguridad han asestado otros tres golpes a ETA. Primero, con la desarticulación de Ekin, el brazo político encargado de transmitir las directrices de la banda al entorno de Batasuna. Segundo, con la del entramado internacional: Askapena. Y tercero, contra la propia estructura interna de ETA, con la detención de tres personas acusadas de colaborar en la reconstrucción de comando Donosti. La izquierda abertzale censuró ayer el "ataque", pero insistió en que no evitará un "nuevo escenario político".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.