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Crítica:LOS LIBROS DE LA SEMANA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

El auge de las 'corporaciones' mafiosas

Hace menos de un mes, la policía italiana requisó en Sicilia bienes mafiosos por valor de 1.500 millones de euros. Entre ellos figuraban 43 empresas de energía renovable, todas a nombre de Vito Nicastri, un empresario de 54 años ligado a Mateo Messina Denaro, actual capo de la Mafia, en paradero desconocido.

La noticia ilustra claramente la capacidad de reinventarse de las organizaciones mafiosas, y de explotar no solo los negocios ilegales, sino los legales. El crimen organizado, se llame mafia, cartel, mara, narcoguerrilla, yakuza o tríada, es un fenómeno omnipresente y en expansión. Luis de la Corte Ibáñez, profesor de psicología social, y Andrea Giménez-Salinas, profesora de criminología de la Universidad de Castilla-La Mancha, ambos miembros del Instituto de Ciencias Forenses y de la Seguridad de la Universidad Autónoma de Madrid, hacen un exhaustivo repaso a este mundo corrompido y corruptor en su libro Crimen.org, que acaba de llegar a las librerías editado por Ariel.

Crimen.org

Luis de la Corte Ibáñez /

Andrea Giménez-Salinas Framis

Ariel. Barcelona, 2010

464 páginas. 21 euros

Los autores superan las dificultades de abordar un tema tan amplio gracias a su dominio del mismo y a su capacidad de síntesis. Lo mejor del libro es que está actualizado y recoge, por ejemplo, las últimas noticias sobre el terrorífico ascenso de la violencia ligada al narcotráfico y al tráfico de inmigrantes en México, o los últimos episodios en materia de piratería y secuestros, dos modalidades históricas del crimen organizado que vuelven al primer plano de actualidad.

El libro no profundiza, por obvias razones de espacio, en ninguna mafia concreta, pero sirve de introducción a esta galaxia del mal que opera en paralelo a nuestro mundo y lo contamina. Porque el crimen organizado daña y corrompe a las sociedades en las que vive, y puede llegar a destruir a las menos estables y desarrolladas. Asombra su capacidad de cambio y de expansión. Tomemos el ejemplo de España, un país donde la delincuencia organizada cuenta con el raquítico precedente del estraperlo de la posguerra y el contrabando de tabaco en Galicia. Pero un país que ha acabado por convertirse en refugio de poderosas organizaciones criminales extranjeras. Con una particularidad: "el 60% de los grupos detectados tienen una composición mixta formada por españoles y extranjeros".

España es para las mafias internacionales "bien una puerta de entrada a los mercados ilegales europeos, bien el destino final de los productos ilegales con los que trafican", dicen los autores. La balanza delictiva se inclina, sin embargo, del lado de los españoles, a los que los autores del libro atribuyen la comisión del 80% de los delitos mafiosos. ¿Cuál es su campo de actividad? Los españoles ya no se dedican exclusivamente al tráfico de cocaína y hachís, sino al tráfico de personas y al negocio de la inmigración ilegal, y sus conexiones internacionales están en la zona del Magreb y África occidental y central.

África -y más concretamente las costas de Somalia, en el océano Índico, donde operan bandas de piratas- se ha convertido en una zona de máximo riesgo. Pero el de los secuestros es un negocio que explotan en armonía y concordia las organizaciones criminales y algunas con ideología política, como Al Qaeda. Hay "grupos o movimientos políticos violentos que, sin renunciar a sus objetivos ideológicos, han incorporado las motivaciones y usos característicos del crimen organizado", apuntan los autores. El mejor exponente de este fenómeno son las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Estas viven de los secuestros y del narcotráfico. Hace unos días, la policía española detuvo a varios delincuentes ligados a esta narcoguerrilla que se dedicaban a lavar dinero.

¿Y el caso de ETA? El periodista y escritor italiano Roberto Saviano ha denunciado que existen contactos entre los terroristas vascos y la Camorra. Los autores de Crimen.org reconocen que más de una vez la organización terrorista "ha adquirido cocaína y hachís para pagar armas procedentes del mercado negro (a menudo servidas por clanes de la Camorra)", y "tanto ETA como el IRA han obtenido fondos y droga como pago por los servicios de adiestramiento terrorista prestados a las FARC en Colombia".

Aunque el tráfico de drogas es una industria internacional, hay Estados que viven de ese negocio. Son los narcoestados. Los autores señalan dos: Guinea-Bissau, "punto de tránsito de casi una cuarta parte de la cocaína que los traficantes iberoamericanos exportan a Europa", y Corea del Norte, donde el régimen montó grandes laboratorios para la producción de cocaína y heroína. El país más cerrado del mundo mantiene, según los autores, excelentes relaciones con la Yakuza japonesa, las tríadas chinas y las mafias rusas.

Imagen captada en Nápoles en 2008.
Imagen captada en Nápoles en 2008.ALEX MAJOLI / MAGNUM

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