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Columna
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Setas y morros

Nunca fui bueno en geometría, ni en aritmética, como se llamaba entonces a las matemáticas. Así que comprenderán que lo de la geometría variable me suene a cortacésped, teniendo en cuenta que quien habla siempre pensó que el bricolage era una especialidad francesa de la ensalada. La geometría variable me recuerda a los grupos de pop, cuya mayoría gasta sus energías en la elección del nombre y luego no les queda nada que escribir a la hora de grabar el disco.

Viene a cuenta, lo de la geometría variable, de que Zapatero puede pactar la gobernabilidad de su gobierno (que bonita redundancia) con el PNV, la oposición del Gobierno vasco de Patxi López, y con Coalición Canaria (que pacta con el diablo, sus primos e incluso con sus cuñados) que sustenta un gobierno de coalición con el PP en las islas ¿afortunadas? Y la geometría variable es que el PP amenace con romper la coalición en Canarias, algo que no hará ni aunque le vaya la vida en ello, porque inmediatamente Coalición Canaria pactará con el PSOE y santas pascuas. Si es que lo lleva en el nombre: COALICION canaria, el gran sustentador de gobiernos en precario. Y el PP se va herido, pero se queda. Hasta Patxi López ha reconocido que el PNV se ha apuntado un tanto. Y hasta Rajoy, una semana antes dijo en Canarias que el PP mantenía sus pactos. Geometría variable. ¿O sálvese quien pueda?

No me pregunten, porque yo de geometría y aritmética se lo básico. Lo de la escuela. Pero sé que las ideologías fenecieron mucho más tarde de lo que Gallardón padre pensó y mucho antes de lo que los ilusos como yo pensamos. Entre medio, algo pasó para que, por ejemplo, el Tea Party amenace a Obama . Y nadie en Italia amenace a Berlusconi, pase lo que pase. Quizás todo tenga algo que ver con la despersonalización de la izquierda. Con la falta de objetivos, con la anomía. Que el PP juegue al debate de la inmigración en Catalunya merecería, si se me permite, aplicarle la ley de partidos. Pero que el resto le siga por temor electoral me parece aún peor. Porque el PP catalán piensa así, pero el resto se supone que lo hace solo por no perder comba. No sé que es peor. En Catalunya, el PP ha optado por los Rolex en vez de las setas. No es lo mismo las joyerías que el bosque, de eso no hay duda. ¿Y la izquierda? No sabe no contesta. Ahora setas, ahora Rolex. La crispación de la crisis, la falta de argumentos. Tanto como le sobran al alcalde de Valladolid, León de la Riva, ese adalid de la lid más carpetovetónica; ese adalid del machismo más casposo, de la vieja España, la que de verdad te hiela el corazón cuando habla de lo que le sugieren los morritos de Leire Pajin, cual presidente ultra de club de fútbol, cual viejo camarada de los suburbios de la Puerta del Sol, cual soporte de agresiones machistas. Alguien debe decirle al PP y su muchachada que no todo vale. ¿Debería dimitir? Por imbécil, si. Pero no lo hará. Se limitará a ponerle morritos a Rajoy.

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