La guerra sentimental de papá

Mujer blanca soltera busca novio. Y aparece. Pero viene con regalito. Dos niñas en guardia y una ex entrometida. Si aún está por escribirse un manual fiable de autoayuda para triunfar en la vida de pareja, imagínense uno para afrontar los casos con agravante de disfuncionalidad familiar. La novia de papá podría ser una buena aproximación. Paloma Bravo, en su primera novela, editada por Plaza & Janés, que se presentó ayer en la librería La Buena Vida de Madrid, tira de la voz de la experiencia. Una obra fácil de asimilar que, sin embargo, refleja algo muy difícil de conseguir: el equilibrio entre la felicidad propia y la de su chico y las pequeñas contrincantes.

"Cuando te comprometes en una relación así, adquieres pocos derechos y muchas obligaciones", reflexiona la autora. "La primera es no convertirte en la madrastra de Blancanieves. Algo que de partida ya es jodido, pero lo es aún más porque todavía se siguen contando cuentos de madrastras malas malísimas. Es un concepto que, socialmente, tienes que definir desde la individualidad, porque cada caso es un mundo diferente".

El motor de la obra es la ausencia de referentes para las nuevas familias

Precisamente fue la ausencia de nuevos referentes en la ficción sobre la reformulación de la familia uno de los principales motores de este escrito. "Me puse a pesar en historias positivas con madrastras y apenas me venía una a la cabeza, la película Quédate a mi lado, en la que Susan Sarandon muere de cáncer pero antes enseña a Julia Roberts, pareja de su ex, cómo quiere que cuide de sus hijos. Ejemplos recientes como la serie Modern family demuestran que la ficción es capaz de plasmar nuevos modelos familiares con matices. Pero en España, hasta hoy, esos modelos continúan siendo Farmacia de guardia y Médico de familia".

Sabe de lo que habla. Durante años Paloma Bravo ha sido directora de contenidos en medios de comunicación. Y abraza sin pudor la fluidez del lenguaje televisivo añadiendo sus personales gotas de ironía. De igual manera, confiesa que ha hecho una obra descaradamente comercial. "No ya porque el éxito que pueda traerme me permita dedicar más tiempo a la escritura, sino porque la tesis de tomarse las cosas con humor y no sufrir de más es bueno que se extienda. No es un dogma, pero bastante grita ya el mundo ahí fuera. Vamos a tomarnos nuestras cosas bien". La novia de papá nació como una posible serie de columnas. Hasta que Bravo se dio de bruces con la realidad. "La idea es muy buena, pero si no eres famosa, no te podemos dar una columna', me dijeron en todos los periódicos y revistas femeninas a las que acudí. Pero amigos editores me animaron a convertirlo en libro". Quien esté pensando en chick lit, o literatura para chicas, que dé media vuelta. Bravo siente mucho más cercanas Estupor y temblores, la disección sin anestesia sobre los abusos laborales de Amélie Nothomb, o Este libro te salvará la vida, la parodia de manual de autoayuda de la corrosiva A. M. Homes, que, pongamos, El diario de Bridget Jones. "El tono que utiliza Helen Fielding con Bridget Jones siempre me ha parecido un poco despectivo. Dice poco de las mujeres. Puedes utilizar el humor y preocuparte por si estás buena o gorda, pero desde un punto de vista inteligente y más integrado en la sociedad. Me pasa lo mismo con Marian Keyes. Detesto que te tengas que redimir, que todo tu sufrimiento acabe cuando te enamoras y te quedas embarazada. Cuando la gente decía que Sexo en Nueva York era un reflejo de las mujeres modernas porque follaban todo lo que querían pero no se comprometían, yo veía una caricatura, pero una caricatura inteligente. El concepto chick lit es muy reduccionista: a las mujeres no nos importa casi nada más que tener una casa bonita, la talla 38 y encontrar un tío. Pues no, yo lo que quiero es ser feliz y estar en paz conmigo misma".