El Valencia sobrevive en Glasgow
El conjunto de Emery empata ante el Rangers en un duelo marcado por los goles de Edu
En un partido muy físico, de tacos afilados, el Valencia sobrevivió en Glasgow, que no es poco. Primero sucumbió a la agresividad y la racanería del Rangers, pero reaccionó tras el descanso y equilibró el partido por insistencia y por el regalo del mediocentro estadounidense Edu, que cabeceó el balón a su propia red. El empate fue de sobra merecido, con la pelota viajando de una meta a otra en un final descontrolado, muy abierto. El punto, en todo caso, permite al Valencia seguir dependiendo de sí mismo para pasar a los octavos de final. Si gana al Rangers en casa el 2 de noviembre, estará servido.
El fútbol del Rangers se ha vuelto cínico con la edad. Cansado de caer tantas veces en Europa a las primeras de cambio, Walter Smith, el veterano técnico de los protestantes, ha decidido cavar trincheras. Y esperar con 10 jugadores en su campo a que el rival se estrelle sin remedio. Lo logró en Old Trafford en la primera jornada, siguió el ejemplo ante el Bursaspor y, por supuesto, frente a la temida visita del Valencia. El Rangers, eso sí, conserva la agresividad de toda la vida, pero ha perdido la inocencia: ya no sale de la cueva si no es para matar. A punto estuvo de conseguirlo hasta tres veces su único delantero, Miller, en tres mano a mano en los que desafió en la primera parte a César. Ibrox Park se vino arriba a medida que se sucedían las ocasiones de su equipo. Básicamente, porque Miller ganaba la espalda a los centrales con demasiada facilidad. La primera parte soñada por Smith cuando Edu, en el área pequeña, ganó en el salto a César y cabeceó un centro desde el córner. Las protestas de los valencianistas no sirvieron para nada.
GLASGOW RANGERS 1 - VALENCIA 1
Glasgow Rangers: McGregor; Foster, Bougherra, Weir, Papac, Whittaker; Naismith, Davis, Edu, Weiss (Lafferty, m. 88); y Miller. No utilizados: Alexander; Fleck, Webster, Little, Wylde y Hutton.
Valencia: César; Bruno, Navarro, Ricardo Costa, Mathieu; Topal, Tino Costa (Fernandes, m. 76); Pablo Hernández, Domínguez (Soldado, m. 46), Mata (Vicente, m. 85); y Aduriz. No utilizados: Moyà; Maduro, Albelda y Banega.
Goles: 1-0. M. 34. Edu cabecea un saque de esquina. 1-1. M. 46. Edu, en propia puerta en un intento de despeje.
Árbitro: Nicola Rizzoli (Italia). Amonestó a Bougherra, Edu, Weir, Aduriz y Mata.
Ibrox Park: 50.000 espectadores.
Solo los chispazos de Pablo o Mata daban la sensación de superar la muralla escocesa
El Valencia no supo muy bien qué hacer con el campo y el balón que le entregaba el Rangers. Le faltó paciencia para elaborar y claridad para meter el pase definitivo. El juego de Tino Costa resultó demasiado previsible. Y sus disparos lejanos, muy imprecisos. Chori Domínguez tampoco desequilibró como se exige a su condición de mediapunta. Solo algún chispazo de Pablo o Mata, colándose entre líneas, daba la sensación de poder romper la muralla escocesa. Aduriz, mientras tanto, sucumbía al regimiento de centrales que había dispuesto Smith.
Consciente de que se estaba jugando la clasificación, Emery no tardó en reaccionar y dio entrada a Soldado. El Valencia pasó a jugar con dos delanteros. El partido se abrió en canal y Edu, que había marcado de cabeza en la portería contraria, también marcó de cabeza en la propia. Ibrox se quedó frío y Mata remató alto un magistral pase atrás de Pablo.
El Valencia encajonó en su área al cuadro escocés, mucho más amenazado por la presencia de los dos delanteros valencianistas. Una preciosa vaselina de Davies recordó que el Rangers seguía vivo. El cansancio empezó a pasar factura a ambos equipos, imprecisos en los pases y los ataques. También en los marcajes. La bronca de David Navarro a Mathieu fue de época. El lateral francés había tirado mal la línea del fuera de juego y Miller volvió a quedarse solo ante César.
El Valencia recuperó el aliento con la entrada de Fernandes, más rápido que Costa en la distribución del balón. El centro de Pablo por la derecha lo voleó Soldado, pero McGregor rechazó el remate. El Rangers no se resignó al empate y el central Bougherra volvió a plantarse ante César. Respondió Soldado, que volvió a disparar sobre el cuerpo del portero. Todos eran errores e imprecisiones. Tras tanto intercambio de golpes, ambos equipos, extenuados, se dieron por satisfechos con el empate.
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