Famara, playazo al cubo
En el gran arenal del norte de Lanzarote veraneaba de niño César Manrique
Al recorrer Lanzarote y su espectacular naturaleza uno puede sentirse parte de una fotografía de Olafur Eliasson o inmerso en una caminata de Hamish Fulton. Los dos, artistas que han recorrido la isla y se han dejado inspirar por ella. El paisaje es tan teatral que podemos llegar a pensar que nuestra presencia interrumpe algún proyecto de land art. Y la costa noreste de la isla esconde un escenario privilegiado para vivir esta emoción.
Llegar a la gran playa de Famara por la carretera LZ-420 es una experiencia única. Dejamos atrás el cartel que nos indica que estamos en un espacio natural protegido, y una recta de varios kilómetros seguida por dos curvas de casi noventa grados nos avisan de la inminente llegada. Y de repente, un paisaje arrebatador.
A la derecha queda la urbanización de los noruegos, construida en los años sesenta, donde Pedro Almodóvar rodó escenas de Los abrazos rotos. Sus bungalós independientes, medio enterrados, tienen forma de comecocos y planta semicircular, lo que contribuye a que tengan vistas al mar. Es todo un ejemplo de una urbanización de costa integrada en el paisaje.
Las dunas móviles
La increíble playa de Famara, de seis kilómetros de extensión (y un ancho medio de cien metros), se presenta como un auténtico gimnasio desde primeras horas de la mañana, poblada de surferos de todas las edades enfundados en trajes de neopreno de colores. Cuando baja la marea, aumenta aún más su superficie húmeda para caminatas interminables (no es una playa ideal para el baño debido a las fuertes corrientes y el oleaje). Desde el mar diferenciamos una secuencia extensa de arena y una estrecha banda de cantos rodados negros hasta llegar a las dunas en continuo movimiento (arena con pequeños restos marinos,pequeños caracoles blancos). Médanos que se acaban fijando gracias a una vegetación de barrillas, coscos y aulagas. Y antes de llegar a la carretera paralela a la costa, que funciona como un parking lineal de furgonetas y carritos de tablas de surf, los círculos artificiales realizados por el hombre se configuran como auténticos parapetos para protegerse del viento.
Más al fondo, las velas de kitesurf cubren el cielo en una danza coreografiada por los profesionales de este deporte náutico, con el risco de Famara, de 500 metros de altura, como fondo. Las impresionantes paredes verticales, que se esconden constantemente entre las nubes, enmarcan el paisaje. En días claros, desde lo alto de este espectacular acantilado, a través de las grandes cristaleras del mirador del Río -proyectado por César Manrique-, se pueden ver La Graciosa y las demás islas del archipiélago chinijo (Montaña Clara, Alegranza, Roque del Este y Roque del Oeste). El viento y las nubes son característicos del verano. Y solo de vez en cuando la masa de color gris plata deja atravesar un rayo de sol, que se refleja en las aguas oscuras del mar en Famara. Los alisios del Norte permiten, en pleno agosto, dormir con edredón.
A la izquierda aparece un pueblo de pescadores, Caleta de Famara, formado por casas blancas de dos alturas y carpinterías pintadas de azul y verde. El pequeño enclave ha mantenido su encanto histórico como ningún otro lugar de Lanzarote. Aunque hay algunas construcciones nuevas, y también algunas que se alquilan como apartamentos para turistas, por fortuna el carácter del pueblo apenas se ha modificado. Aparte del supermercado Otilia, aquí encontramos algunos restaurantes y bares. La Caleta de Famara mantiene sus calles de fina arena; solo están asfaltadas las principales, lo que añade atractivo al lugar. Parece que el tiempo se hubiera detenido para siempre.
Aquí veraneaba durante su infancia César Manrique, en una casa familiar frente al mar. Y nadie como el artista lanzaroteño para captar su esencia: "La belleza del entorno causó en mí una fuerte impresión, especialmente los imponentes riscos de Famara, ante los que pasé horas interminables cautivado por su reflejo sobre la arena mojada durante la marea vacía. Bebí de los colores de aquel microcosmos contenido entre el cielo, el mar y los riscos de Famara; curioseé entre la flora y la fauna, y quedé marcado por las texturas de la tierra. Aquellos felices veranos de mi infancia motivaron más tarde mi labor de defensa de la naturaleza".
» Ariadna Cantis es arquitecta y comisaria independiente de exposiciones de arquitectura.
GUÍA
Cómo ir » Caleta de Famara se encuentra a 12 kilómetros en coche desde Teguise y a 24 de Arrecife, donde se encuentra el aeropuerto. » Easyjet (www.easyjet.com ) vuela directo de Madrid a Lanzarote, ida y vuelta, desde 36 euros (más 11 euros por maleta facturada y trayecto). » Spanair (www.spanair.com ), ida y vuelta entre Madrid y Lanzarote, desde 99 euros. » Iberia (www.iberia.com ), ida y vuelta entre Madrid y Lanzarote, por 189 euros. » Air Europa (www.aireuropa.com ), ida y vuela a Lanzarote desde Madrid, por 150 euros. Visitas » El mirador del Río (928 52 65 48), proyectado por César Manrique, se sitúa a 474 metros de altitud en el risco de Famara. Se encuentra a aproximadamente media hora en coche desde Caleta de Famara. Abre de 10.00 a 17.45. Entrada, 4,50 euros. Información » Oficina de turismo de Lanzarote (www.turismolanzarote.com ). » www.centrosturisticos.com » www.teguise.es
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