_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Diez centímetros

Elvira Lindo

"¡Perdiz escabechada, foie gras, jamón en dulce!". Las frases de aquella Navidad de Berlanga o de Azcona, porque a estas alturas tanto da, resumen, mejor que consiguiera hacerlo cualquier novela, la posguerra española: el humor de color del betún, cruel en ocasiones, compasivo otras, nacido de la picaresca, con ecos de Valle-Inclán, pero también de Arniches, perfecto para dibujar esa época en la que había asientos reservados para los mutilados de guerra. "¡Vamos a comer a la moderna, como los americanos!". Frases pronunciadas por el cuñado inocentón de Plácido, que repetimos a modo de oración y homenaje una vez que escuchamos en la radio que Manuel, Manolo, Manolito Alexandre acaba de morir. Lo hacemos imitando su célebre vibrato, aquel tembleque que le hizo célebre, tanto como la dulzura de sus ojos redondos. Parece que lo estamos viendo en su papel de cojo de posguerra, brincando por un barranco, cargado con una cesta de Navidad que contiene la felicidad del pobre, la de Carpanta, la que llena la barriga: "¡perdiz escabechada, foie gras, jamón en dulce!". Los actores nacidos de una industria como la hollywoodiense son, sin duda, imágenes icónicas de carácter planetario, pero eso nada le resta al cómico de un país pequeño con una pequeña industria como la nuestra. Estoy segura de que entre ayer y hoy el "qué pena" que se dedica a los cómicos más queridos habrá sonado en infinidad de casas, como un pésame íntimo que se diera el espectador a sí mismo, por haber perdido esa voz y ese rostro insustituibles.

A la pregunta de algo que hubiera deseado en la vida, Alexandre respondió: "Diez centímetros más". Quiso ser galán y ser más alto, pero ese físico de actor secundario fue lo que le hizo representar a un país de gente humilde, bajita, mal alimentada. Benditos sean esos diez centímetros que le faltaron.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Elvira Lindo
Es escritora y guionista. Trabajó en RNE toda la década de los 80. Ganó el Premio Nacional de Literatura Infantil y Juvenil por 'Los Trapos Sucios' y el Biblioteca Breve por 'Una palabra tuya'. Otras novelas suyas son: 'Lo que me queda por vivir' y 'A corazón abierto'. Su último libro es 'En la boca del lobo'. Colabora en EL PAÍS y la Cadena SER.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_