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Reportaje:El puente paraliza la capital

Madrid se da un respiro laborable

Los atascos, las aglomeraciones matinales y los menús del día se evaporaron en mitad del puente - Los madrileños salieron de compras y llenaron los parques

Oficinas a mitad de personal, horas punta sin complicaciones, restaurantes sin ejecutivos y parques atestados de padres empujando columpios. De poco sirvió que el calendario oficial de la Comunidad marcase la jornada de ayer como día ordinario de trabajo. Comprobado. El síntoma más contagioso para un lunes laborable, sin duda, es un martes festivo. Madrid se fue de puente.

Todo funcionó a medio gas. Lo pudieron comprobar los conductores desde primera hora de la mañana. Entre las siete y las diez, en plena hora punta, se cumplía uno de esos sueños que tienen los conductores capitalinos las veladas de domingo. No había atasco. Un 26% menos de tráfico en el centro urbano, un 27% menos en la M-30, y sin complicaciones en las entradas desde la periferia. Los valores también fueron bajos el resto del día. La red de Metro vivío una experiencia similar. "Un 30% menos de viajeros en la mañana respecto al lunes pasado", informaba un portavoz de la compañía. Un abrupto descenso de ususarios que también se hizo sentir en los trenes de Cercanías y los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (a falta de datos oficiales).

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Para gran parte de los madrileños, la combinación de víspera de fiesta (la del 12 de octubre) con el cierre de los colegios fue excusa suficiente para disfrutar del día libre. Restaurantes medio vacíos en las zonas empresariales, como Azca y el paseo de la Castellana, y calles comerciales, como Preciados, a rebosar de compradores que se habían librado de fichar en sus trabajos por un día. En el parque del Retiro era domingo. Al menos eso decía su estampa. Y para dar fe de ello allí estaba Enrique Sánchez, un empleado bancario de 39 años que acompañaba a sus tres hijas al parque. "Ven aquí que vamos a hacer pis. Vosotras dos no os mováis. Te tienes que estar quieta para que te pueda vestir, cariño", indicaba Sánchez a su prole. "Es que muchas veces estamos tan atareados que no nos damos cuenta de que apenas hacemos cosas con los niños. Yo hoy he dicho en el banco que estaba harto de tanto trabajo y me he cogido el día", confesaba el aplicado padre, "y lo estamos pasando muy bien", zanjaba orgulloso de su elección.

Otros como Miguel (nombre ficticio), un cirujano que desempeña en Alicante, vieron la ocasión perfecta para escaparse a la capital y gastar el día montando en bicicleta junto a su hija. Pero Madrid no fue la única región donde los españoles decicidieron darse un respiro. Los datos de Red Eléctrica indicaban que, durante las primeras horas de la mañana, la reducción del gasto de energía a nivel nacional era similar a la que hubo durante la jornada de huelga general del pasado 29 de septiembre.

Cibeles desierta, Alcalá despoblada, Génova sin trasiego y la Plaza de Castilla a salvo de aglomeraciones. De pronto, cola en la puerta del restaurante de una popular cadena. ¿Se habrían concentrado allí todos los trabajadores madrileños? Negativo. "Es que falta personal para sentar a la gente en las mesas vacías", aclaraba uno de los pacientes aguardantes. "Están de puente".

A los que les tocó trabajar, al menos, lo hicieron sin agobios. "A mí no me ha quedado otro remedio", se lamentaba un empleado de limpiza en la calle Fuencarral. Otros, como Linda Evanz, una británica jubilada que se bajaba de unos de los autobuses turísticos que recorren la ciudad, agradecían, sin saber el motivo, la sosegada mañana madrileña. "Todo muy bueno. Madrid es una ciudad muy tranquila", se dejaba engañar la señora.

La plaza de Cibeles durante la víspera de la Fiesta Nacional.
La plaza de Cibeles durante la víspera de la Fiesta Nacional.SAMUEL SÁNCHEZ

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