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Un tránsfuga del PSOE permite al PP conservar la alcaldía de Xinzo

Un edil popular se abstuvo en la elección de Antonio Pérez como regidor

El penúltimo concejal del PP de Xinzo de Limia se convirtió ayer en alcalde. Para que el baltarista Antonio Pérez, hasta ahora responsable de Tráfico, haya podido acceder a la presidencia de la corporación local fue necesaria primero la renuncia del veterano -y reacio a abandonar el cargo- Isaac Vila, y después la de los tres concejales del PP que precedían a Pérez. Uno tras otro asumieron ayer sin rechistar, en el pleno extraordinario, la disciplina impuesta por el presidente provincial, José Manuel Baltar Blanco. La elección de Pérez fue posible gracias a la abstención del ex portavoz del PSdeG Manuel Cabas, ahora en el grupo de los no adscritos.

Con las renuncias, el penúltimo edil del PP de Xinzo pudo presentar su candidatura y lograr la alcaldía, aunque haya sido por los pelos. La abstención del concejal número seis de su propio partido, Alfonso Patricio, no solo evidenció la crisis interna del PP, sino que a punto estuvo de impedir el objetivo de Baltar de colocar a su hombre de confianza al frente del Ayuntamiento. La abstención de Cabas salvó la maniobra. La rocambolesca operación de relevo del veterano empresario Isaac Vila -que a los 74 años se aferra a sus actas de senador y de concejal de Hacienda en Xinzo- se consumó en una sesión plenaria plagada de defectos de forma pero que consolidó como regidor al hombre de confianza de los Baltar, secretario local del PP y candidato a la alcaldía en las próximas municipales. Pérez enmarca su complicada arribada a la presidencia de la corporación local en la "normalidad democrática".

El nuevo alcalde atribuye su elección a la "normalidad democrática"

A apenas seis meses de las elecciones, PSdeG y BNG asisten impasibles a la descomposición del PP de Xinzo. "No teníamos ningún interés en formar un gobierno a cuatro" señalan los portavoces de ambas organizaciones políticas, Elvira Lama y Amador Díaz, en alusión a la posibilidad de pactar una coalición con el díscolo del PP y el ex socialista que les permitiera desbancar a los populares.

Aseguran que ni lo intentaron, en contra de lo que afirmó Cabas en el pleno. En su intervención, el edil reprodujo además al pie de la letra el discurso que mantiene el PP sobre la ilegitimidad de los bipartitos y aseguró que la "verdadera democracia" pasa por dejar los gobiernos en manos de la lista más votada. Cabas solicitó la baja en el PSOE ourensano hace algo más de un año y se quedó con el acta de concejal y un escaño en el grupo de los no adscritos, desde donde respalda invariablemente al PP.

En la sesión de ayer PSdeG y BNG propusieron a sus respectivos portavoces, Lama y Díaz, como candidatos a la alcaldía. Los dos grupos consideran el relevo en la alcaldía como un "atropello de la voluntad popular".

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Mientras tanto, Baltar Blanco diseña el futuro político de la provincia. En la romería de Silleda prometió a Feijóo la práctica totalidad de las alcaldías de la provincia. "Ourense no te defraudará", le aseguró. Pero en el PP se mantienen a la espera de comprobar si el sucesor de Baltar padre será capaz de mantener algunas alcaldías fundamentales para garantizar la hasta ahora irreductible Diputación.

Con Vila fuera y un PP desmembrado en Xinzo; con José Manuel Freire Couto en Barbadás amagando igualmente con no presentarse de nuevo, y con el partido tocado en Verín, donde gobierna el hombre de confianza de Feijóo, Juan Manuel Jiménez Morán -que disputó el poder provincial a Baltar Blanco en el congreso de enero-, el PP muestra sus heridas.

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