Iniesta vuelve al origen
El jugador, versátil por su riqueza técnica, ha recuperado su condición de centrocampista en la selección y en el Barça
El termómetro señalaba un grado bajo cero en la boca del túnel de vestuarios de Ellis Park, en Johanesburgo, el 21 de junio. Era la primera noche del invierno austral y faltaban unos minutos para que España se enfrentara a Honduras en la segunda jornada del Grupo H. "Fue el momento de mayor tensión de todo el Mundial", recordó Capdevila. Solo dos jugadores afrontaban el momento con algo parecido al aplomo. Xabi Alonso, que hablaba, e Iniesta, que estaba callado como siempre. Tranquilo, pálido, sus compañeros no sabían exactamente si estaba disfrutando de la tensión o si lo vivía con indiferencia.
Con la misma indiferencia salió Iniesta el domingo pasado del vestuario de Las Rozas. Firmó algún autógrafo, porque ya es campeón mundial y la gente se pone histérica cuando le ve, y se encaminó al hotel con ese gesto de placidez que siempre tiene cuando sabe que va a jugar al fútbol. Le da igual que sea como extremo, como jugó la Eurocopa de 2008 y la Copa del Mundo de Sudáfrica, o de interior, como ahora le utilizan Pep Guardiola en el Barça y Vicente del Bosque en la selección.
"En la banda participas menos. En el medio estás en el centro de las jugadas"
Meléndez: "Por detrás de los delanteros. Ahí es donde él está más cómodo"
"Para mí, jugar en el medio es algo normal", dice el manchego, que, al trasladarse a campo abierto, ha regresado a sus orígenes. Cuando en 2003 disputó la final del Mundial sub 20, en Emiratos Árabes, lo hizo como enganche por detrás de Sergio García, el punta, y dos extremos, Juanfran y Gavilán. Hoy, en Glasgow, hará algo parecido, con Villa y Silva en los costados y con Llorente por delante.
"En el medio tengo otras funciones, nada más", dice Iniesta, como si pasar de la banda a mover los hilos del ataque y suministrar balones a los goleadores fuese tan sencillo. "Me da lo mismo", insiste; "quizá en la banda participas menos. Tienes que esperar más para entrar en contacto con el balón y, cuando lo haces, debes buscar el desborde. Son situaciones más aisladas. En el medio estás constantemente tocando el balón, en el centro de las jugadas. Para mí, es lo normal. Es lo que he hecho toda la vida. Así que me encuentro perfectamente bien".
Ginés Meléndez, coordinador de las categorías inferiores de la federación española, es una eminencia en el fútbol juvenil respetada en todo el mundo. Pero si hay algo de lo que se enorgullece es de haber llevado a Iniesta a la cantera del Albacete. "Desde que llegó al Albacete, con ocho años, y luego en las categorías inferiores de la selección, Andrés siempre jugó en el medio", afirma Meléndez; "ni escorado a la banda ni nada. Siempre, por detrás de los delanteros. Ahí es donde él está más cómodo porque tiene más libertad de movimientos y se aprovecha mejor su último pase. También eso complica el trabajo defensivo de los rivales porque nunca saben si va a salir por la derecha o por la izquierda. Él lo puede hacer porque regatea con los dos perfiles".
"A Andrés le gusta jugar en esa posición", insiste el técnico, "pero no por una cuestión de comodidad. Él, para eso, es especial. Normalmente, los jugadores se sienten más seguros en determinados puestos, pero a él, como es tan bueno, le da lo mismo. ¡Si hasta le da igual que le marquen o no le marquen!".
Iniesta se siente igualmente seguro en la selección y en el Barcelona porque tanto Guardiola como Del Bosque son técnicos que saben interpretar su juego y le utilizan en la cancha en función de las necesidades. Guardiola le ha situado como extremo, a la derecha y la izquierda, y en el último partido, ante el Mallorca, hasta ejerció de Xavi, seguramente en la demarcación más delicada. Y es que Xavi marca el estilo de juego del equipo azulgrana mientras Iniesta no tiene seguramente tanta continuidad, pero, en cambio, desequilibra con sus aceleraciones, con sus mano a mano, con sus recursos técnicos. Además, es más ofensivo y tira a gol. Un tanto suyo valió a España la Copa del Mundo y otro en Stamford Bridge supuso la clasificación del Barça para la final de la Champions en Roma.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.