_
_
_
_
Reportaje:

Una mañana en la ópera

El Palau de les Arts celebra por tercera vez la jornada de puertas abiertas

Pablo Ferri

Cuando la ópera dominaba el tiempo ocioso del ciudadano, los curiosos no se agolpaban frente a los escenarios para contemplar el suelo sobre el que cantaban las figuras del momento; no hacía falta. A finales del siglo XIX, principios del XX, el fútbol apenas despuntaba y los niños guardaban ilustraciones de sus ídolos de ópera en sus cuadernos. Soñaban con tener sus voces y propinaban y asumían golpes con tal de contar con sus autógrafos (lo cuenta perfectamente Stefan Zweig en El Mundo de ayer al desgranar su infancia en Viena). Hoy, sin embargo, la ópera supone una experiencia, algo único y ajeno al ajetreo diario. Lo expresaban ayer con la mirada los visitantes que esperaban a entrar en el Palau de les Arts de Valencia. La ópera de la capital celebraba la tercera edición de la jornada de puertas abiertas y aquel complejo enorme resultaba tan marciano que el gentío, quizá abrumado, quería aclarar cuanto antes asuntos básicos: "¿Cuantos escalones hay aquí?... ¿De qué madera es el parqué de la sala esta?".

Lorin Maazel dirige 'Aida', primera obra de la temporada, el 13 de noviembre

Los responsables del palau consideraron un éxito la actividad. Según sus cálculos, unas 5.000 personas visitaron las instalaciones desde las 10.00 hasta las 21.00 y los grupos, en un principio de 30, superaron muchas veces el centenar. La visita consistía en conocer las salas en que se desarrolla la mayor parte de la programación: la principal, cuyo foso de orquesta es el segundo mayor del mundo solo superado por el de La Bastilla de París; el teatro Martín i Soler, morada de la escuela de perfeccionamiento del palau; y el auditorio, donde el arquitecto Santiago Calatrava colocó un mosaico de curioso parecido a La Danse del pintor francés Henri Matisse.

Se trataba de acercar el Palau a los ciudadanos y los responsables de comunicación insistían, entusiasmados por la respuesta, en que habría que programar actividades del estilo más a menudo. Mientras tanto, los guías, hábilmente, trataban ayer de relacionar la ciudad con el edificio, de humanizarlo: "Desde donde se pone el director de orquesta hasta el techo de la sala principal", aseguraba uno, "casi cabría el Miguelete". "... Y allí", explicaba otro apuntando al palco de autoridades de la sala, "allí se sienta la reina cuando viene a una representación".

Tampoco había tiempo para mucho más, la gente esperaba su turno en la puerta y parte del atrezo de Aida, que se estrena en el palau el próximo 13 de noviembre, ya descansaba en los pasillos; salirse del itinerario de las tres salas resultaba complicado. Así, la zona de camerinos quedaba oculta, igual que las salas de máquinas, las aulas del coro de la Generalitat o, por supuesto, los aposentos del director de orquesta. Se trata de un espacio luminoso, fino, sobrio, blanco y elegante. Cuando el francés Lorin Maazel vuelva a Valencia a ponerse al frente de Aida trabajará allí, igual que hace Zubin Mehta durante el Festival del Mediterrani. Estos dos "maestros" nunca coinciden: uno viene en invierno y el otro en verano; al primero le pirran las trufas y al segundo la tortilla y los espaguetis.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Pablo Ferri
Reportero en la oficina de Ciudad de México desde 2015. Cubre el área de interior, con atención a temas de violencia, seguridad, derechos humanos y justicia. También escribe de arqueología, antropología e historia. Ferri es autor de Narcoamérica (Tusquets, 2015) y La Tropa (Aguilar, 2019).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_