Educación sexual
Desayuné el 5 de octubre con la información aparecida en EL PAÍS que decía que, por indicación del presidente Camps y a requerimiento del arzobispado de Valencia a través de su representante Carlos Osoro, se suspendían los cursos de educación sexual que imparten los técnicos de la Consejería de Sanidad en los colegios. Es indignante cómo quieren influir, modificar y adecuar a unas concepciones puramente religiosas -integristas- lo que por doquier se trata con la naturalidad propia del conocimiento, de temas que han perdido su condición de tabú. Tanto en la esfera familiar como en la social y de relaciones generacionales, todo lo relacionado con la sexualidad se trata de acuerdo con sus significados reales, nombres y funciones. Sin esos aspavientos y rodeos de que pretenden revestirlos aquellos que ven con espanto, todo lo que se relaciona con llamar, formar o actuar en relación al sexo, para llegar a entenderlo y usarlo.
¿Hasta cuándo seguiremos permitiendo, que los no usuarios se empeñen en rectificar lo aprobado por las leyes, para llevarlo a su cerrada forma de entender?.
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