Por fin, el Nobel para Vargas Llosa
Como a tantos otros, supongo, la noticia del Nobel de Literatura a Vargas Llosa me pilla leyendo uno de sus libros. Es lo que tiene el hecho de que el prestigioso pero olvidadizo premio haya caído en alguien muy conocido en el mundo hispano.
Como a tantos otros, seguro, que el Nobel vaya a las manos y las letras del peruano me parece justísimo. Es lo que tiene el hecho de que este escritor sea dueño de una prosa rica e identificable, de un estilo narrativo que a base de fragmentos y conversaciones cruzadas pinte, ¡y de qué manera!, lo que tiene la realidad de trepidante y confusa. Es lo que tiene que Mario Vargas Llosa tenga unas inagotables ganas de enseñar, sin moralina, los malos olores de las tiranías, la discreta heroicidad del individuo y sus ideas.
La lengua española sonríe, hoy y siempre, al escritor que tan bien le ha tratado.- Carlos Díaz González. Alicante.
Es una muy buena noticia. Mario Vargas Llosa es un tipo con ideas propias, con ideas claras, sin miedo a expresarlas con las palabras más apropiadas para todo tipo de auditorio.
Es nuestro primer Nobel peruano, y hay que festejarlo hasta el amanecer, como si hubiéramos conseguido un campeonato mundial; festejarlo tanto como festejamos las ferias gastronómicas y los indicadores económicos.
Vargas Llosa no pudo terminar su secundaria en el otrora prestigioso Colegio Militar Leoncio Prado, pero su paso por tercero y cuarto fue suficiente para asociar por siempre su nombre a ese colegio militar con internado. Hasta donde sé, el 20 de noviembre comienza la demolición del ahora colegio emblemático, y lo primero programado es la demolición de las que fueron sus aulas. Vargas Llosa estará en Perú recién el 15 de diciembre. Es imprescindible que cuando venga y se le ocurra visitar su colegio, se encuentre con la construcción de un pabellón de aulas totalmente nuevas y adecuadas a las exigencias de este tiempo, de esta generación.
En el Colegio Militar, además, en las tardes, debería haber talleres que promocionen la creatividad literaria, así como también el espacio para la expresión de los diversos talentos y habilidades que tienen los casi 700 adolescentes ahí internados. Dos hechos se juntan favorablemente para la continuidad positiva de ese colegio: la reconstrucción como colegio emblemático y el Nobel del gran Mario.
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