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Un centro deportivo convierte su sótano en 'pisos patera'

La Policía Local de Boadilla del Monte ha desalojado los bajos de una pista de pádel del centro deportivo Republic Space, en cuyas dependencias vivían al menos ocho personas, la mayoría inmigrantes sin contrato de alquiler, según fuentes de la investigación. El centro no tiene licencia para alojar a personas, según un portavoz del Consistorio. "Una vez conozcamos el resultado del análisis técnico, si se confirman las irregularidades aplicaremos la máxima dureza", dijo. Y explicó que los técnicos municipales están analizando la concesión, firmada por el anterior alcalde, Arturo González Panero, imputado en el caso Gürtel, y que fue expulsado del grupo municipal del PP.

Bajo las pistas de pádel y pegados a uno de los recintos de tierra batida para jugar al tenis, los propietarios del club privado habilitaron 34 habitaciones de 13 metros cuadrados cada una, que disponen en todos los casos de una litera de dos plazas, un aseo con ducha y un retrete. Cobraban 300 euros a cada inquilino.

Los propietarios del pádel patera aseguraron a una patrulla de la Guardia Civil y a otra de la Policía Municipal de Boadilla del Monte, que se encargaron de forma conjunta de realizar la primera inspección del local, que no disponían de libro de registro de viajeros. Justo debajo del recinto, los agentes pudieron comprobar que los inquilinos convivían con los aparatos que suministran el aire acondicionado a las pistas y a los gimnasios del establecimiento: "Bajo la pista hay un olor insoportable", relataban los agentes. Las habitaciones están ubicadas muy cerca del alcantarillado, lo que demostraría que este hostal, además de no tener licencia vigente, no reúne las debidas condiciones higiénicas.

Los propietarios de la pista de pádel patera modificaron la fachada original para construir un acceso por la parte de atrás del centro deportivo, que abona cada año al Ayuntamiento un canon de 76.000 euros. De esta forma, los inmigrantes no coincidían con los usuarios del centro deportivo, uno de los más exclusivos del noroeste de la Comunidad de Madrid. Pero sí lo podrían haber hecho con cualquier persona que se encontrara en la guardería aledaña, ya que están separadas por un vallado de brezo que se puede apartar con la mano.

Cuando los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local estaban a punto de finalizar la inspección del pasado jueves, una ciudadana ecuatoriana abrió la puerta trasera del hostal ilegal. Al ser preguntada aseguró residir en una de las habitaciones desde el pasado 15 de septiembre. Los propietarios del local ofrecían todavía ayer en un conocido portal de Internet el alquiler de estas habitaciones de 13 metros cuadrados por 300 euros.

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