Vulcano se enfrenta a un concurso si hoy no logra vender su filial de Gijón
Cerca de 200 trabajadores se encierran en el astillero para reclamar el acuerdo
Factorías Vulcano puede verse en una situación muy delicada si, como se prevé, hoy no logra que Pymar (empresa formada al 50% por los astilleros privados españoles y las administraciones central y autonómicas) respalde la venta a Armón, otro constructor naval vigués, de los terrenos que ocupa su filial asturiana Factorías Juliana (antiguo Izar Gijón). La solución de continuidad de Vulcano, que parecía garantizada con la transmisión por 16 millones de las instalaciones del astillero gijonés, está más que nunca en el aire. Unos 200 trabajadores, 113 de plantilla y el resto pertenecientes a subcontratas, se encerraron ayer en la factoría viguesa, que recibió la visita urgente del conselleiro de Economía, Javier Guerra. Desde Comisiones Obreras advierten que si la operación con Armón fracasa, la empresa gallega se verá obligada a presentar un preconcurso de acreedores. "Y con un concurso encima la salida se complicará aún más", añaden desde CIG.
El constructor vigués recibirá 16 millones por los terrenos de Juliana
La sequía de contratos ha puesto a los astilleros al límite
José Domínguez, director financiero de Vulcano, interpreta que un no de Pymar en la junta de acreedores que se celebra en Gijón hoy por la mañana los colocará en una situación "crítica". Pymar tiene comprometidos avales de 15 millones de euros en Juliana a través del Banco Popular. El acuerdo de venta entre Vulcano y Armón incluye una quita sobre el 79% de la deuda, de ahí la negativa de Pymar y el Popular a autorizar la operación, ya que prácticamente no recuperará el dinero aportado. Pero el plan b, según los sindicatos, es "la liquidación del astillero asturiano". Y, de rebote, una grave crisis para Vulcano.
Juliana entró en concurso de acreedores el 29 de mayo de 2009 con una deuda de 60 millones de euros y con un pedido en cartera de dos buques sísmicos. Había construido el 45% del primero, que fue completado en Vigo. El armador (la empresa noruega PGS) canceló el contrato por los retrasos, y fue otra noruega, GC Rieber, la que se quedó con ambos buques por 90 millones cada uno en un acuerdo sellado antes del verano. La segunda entrega está ahora pendiente de un aval de 21 millones, que también tiene que autorizar Pymar, necesario para que Vulcano pueda seguir trabajando hasta mediados de 2011. Además, el constructor tiene otro contrato que añadiría 15 meses de actividad tras el verano próximo.
Desde Vulcano admiten estar "sorprendidos", por el giro de los acontecimientos, que en parte se deben a las crecientes dudas de viabilidad del sector ante la sequía de nuevos contratos. El convenio de acreedores que debería aprobarse hoy en Asturias ha sido ajustado a las condiciones de la venta, "sin que se genere ningún beneficio especial para Vulcano", afirma su director financiero.
En esta hoja de ruta, Domínguez apunta a que la Consellería de Economía "se está volcando" con la empresa que dirige "y con todo el sector". El conselleiro Javier Guerra recordó ayer que la Xunta fue el único representante de la comisión ejecutiva de Pymar, en la que también está el Ministerio de Industria, que votó a favor de la concesión de avales a Vulcano. Ayer, el Gobierno gallego anunció que inyectará 2,6 millones de euros al fondo de garantía de la sociedad para que continúe apoyando la construcción naval en Galicia.
En este puzle también entran los sindicatos asturianos, que temen que la decisión de los acreedores dé al traste con la continuidad de su astillero. El secretario general del Metal de UGT Asturias, Eduardo Donaire, ha apuntado a Europa Press que lo importante, pase lo que pase, es que se vendan las instalaciones de Juliana. Hizo estas declaraciones después de lamentar que Gijón contara con este astillero desde hace más de 100 años y que "en 21 meses", tras la compra de Juliana por Vulcano, entrase en suspensión de pagos.
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